GLORIA
MI
si no está en.
~inguna
parte, si no tiene cuer–
po, ni vida, .ni realidad? .. 1Loca, mil veces lo–
ca soyl ••• Déjame,
tú,
y
no vuelvas más ... Ca–
lla,
tú,
y
no digas una palabra más, pues no'
te escucho. Eres una mentira, menos que una
sombra, menos que un fantasma, menos qüe
un l'layo de sol: eres un pensamiento nada
más-. No sólo no existes, sino que no puedes
existir, porque sel'fas la,perfección. Sal, pues,
del jardín
y
no vuelvas más, ni me hables, ni
me llames en el silencio de la noche, ni pases
haciendo S?llar con tus pisadas las hojas a.rru–
~adas
y
secas del otollo •.• Adiós,
tú;
has sido
conmigo cortés, fino, genefoso, delicado, leal,
- apasionado sin impureza.y carifioso con un
I
respeto sagrado hacia mí; pero te despido,
p.or-que mi padre me manda que quiera
á
ese Don
Rafael, buena persona, apreciable jü'ven, como
él dice. Sin duda no puede haberlos mejores
sobre la tie'rra, y el creer en
ti,
el pensar en
tí,
es un disparate, como alzar la mano para co–
ger una estrella.
lOada cosa en su lugar. El cielo tiene estre-
,.
11as
y
~oles,
la tierra hombres
y
gusanos ..•
Vi-
vimos abajo
y
no arriba. Mi padre me
~a
di–
cho varias veces que si no corto las alas
al
pensamiento, voy
á
ser
J:uuy
deRgraciada...
Ven–
san,
pues, las tijeras'.
O
se tiene voluntad ó
n~,
•