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.GLORIA.
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J
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digno de
~lla
y ella' digna de
~l.
¡Admirable
triunfo y conquista
preci~sal
Será necesaria.
una superchería;
¿pero
qué
importa? ¿qué va–
le
~sto
.en
comparación del bien que resulta?
La
salvo de su familia, del convento, del as-
cetismo, que es
la
tisis
del
espíritu; la arranco
de
este horrible país, la hago mi esposa, la sal–
vo de la idolatda del Nazareno
y
de ese
feti–
chismo vacío, indigno de la elevación y pure..
, za de
su alma...
¡
Sí:
tengo inmensa fe en
el
éxito de
mi '
empresa! No puedo equivocarme;
imposible que me equivoque. Siento el divino
acento en mi oído;
y
el resuello
á
cuyo influjo
existieron los mundos llega á
mi.
y
pen~tra
co–
mo tempestad
en
mi corazón.:t
Esther
le
miró a tentamente
y
con espanto,
diciendo para.
sí
con acento de amargura
viví–
Rima:
cSefior, Seilor, ¿has quitado la
razón
á
mi
hijo? :t
c¿No hallas bastante justificada mi
impos–
tura con .estas razones de conciencia?
- ¡Donosas razonesl...
.
-Tu ironía lne mata. ¡Quieres
Ulla
razón
que es de conciencia
y
además mundanal
Es–
tos son
108
argumentos que
á
tí
te convencen.
Oyela. Has de saber que yo tengo
un
hij o. :t
Esther
movióse sacudida violentamente por
el as
lli
bl'o.