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B. PÉREZ GALDÓS
rigióse ante la presencia de Isidorita la del
,Rebenque (que
solía 'e~
tiempo de baí10B poner
' varias piezas de su
ca~a
á
disposición de los
,,forasteros)
y
le
pr~puso
tomar bajo su techo
protector/al hebreo.
--
Oyó Isidorita la proposición con 'grandísimo
desconten,to,
y
'si,no
e~ageran
los aurores que
de esto han tr,atado, así como los cronistas del
-
,
linajljfie
R~benque,
,se le cortó el habla,
cam~
máronse en azucenas las rosas de su cara, que–
dándose una buéna pieza de tiempo como si
'Juera á caer con un síncppe. Pero· el Sr. de
Amarillo díjole que no se' sofocase antes de
tiempo y sin motivo, anadiendo que él,
á
fuer
de alcalde, tomaba para sí toda la responsabi–
lidad. Como el señor cura (que
á
la sazón
llegó) apoyase la proposición de D. Juan,
RU–
todzando
á
Isidorita pa ra/ albergar al infiel,
y
asegurándole que sll ,casá quedaría limpia de
toda mácula ,después del consentimiento del
párroco , Ja excelente esposa de Barrabás fué
recobrando poco
á
poco la serenidad. Sus es·
crúpulos cesaron
p~r
completo con una nueva
exhortación de D. J uan; el cual estableció que
el Sr: 11orton pagaría diariamente una libra
esterlina por sí
y
otra por su criado.
Dieron libertad
á
éste, y entregado el equi–
paje, sedor
y
escudero se trasladaron
á
su