GLORIA
l59 "
-Acabe usted.
-Es que' me estoy
~etiendo
-en lo que no
me
impo-rta y temo enojarle
á
usted.
---De ningún
rnodo. ~
,
,
-Pero como va en ello el bien de
una
per-
sona- tan digna•.. Lo que quiero dech' es que ,–
tome usted precv.uciones, si
l~a
de seguir sus
entrevistas secretas
á'
media noche con la-se–
fiorita Gloria.
-="'lYo!-exclamó Daniel con asombro.
-Claro: usted no ha de darme cuenta de
sus acciones.
En
fin, cada cual sabe lo que
hace.
Si
tina noche no le ve
á
usted el sefior
D. Buenaventura, otra· no'che puede verle, y
tendremos un disgusto,
un
verdadero dis-:
gusto.
I
-Sefiora ... teme usted que nos vea
D.
Bue–
naventura..• ¿dónde? ¿á qué hora?-dijo el
hebreo con gran interés.
-
-Eso
ustedes lo sabrán.
Mi cuílada; que
es
persona incapaz de mentir, ha visto
á
la sefio–
rita G10ria salir de la casa
á
media noche con
un
hombre...
-¡Salir
de la casal
-COll
un
hombre...
-¡Con
un
hombret. ..
-Sí,
señor. ~ .
La
vió el lunes desde la calle,
IJ orqu~
f'1é
al
parto
ne
Nic8.nOrll, IR
de
mi
cu-
)