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GLORIA. · .
163
a l
~¿~
ósestaremos de
ce~t~nela
en esie-delicio–
so lugar, mirando la luna?,
MortoD, los. ojos fijos en la
C8S8
de
~anti
gua, no..
atendía
la
verbosidad, salómónica de
s~
sirviente,
.el
<ú;tal
cOI!tinuó diciendó:
.
e
Vi
entre los jóvenes ' un
~ancebo
falto de'
éntendimiento.•.
El
culal pasaba por la,caSR,
jun to
á
la esquina de aquélla... A
la
t9:rde del
día,
y~ .
qtle
obscur~ci~?
en la 9bscuridad
y
ti–
niebla de
la
noche... y he aquí que le
sale
al
encuentro una mujer astuta _de corazón ..• Ren–
cillosa
y
alborotadora, sus pies no .pueden es–
tar en casa.»
,-Calla,
idíota~dijo
repentina.mente
Da–
niel, poniendo
la
mano en la boca de ·su cria-
¿
do,
para tapar aquella fuente de sabiduriá..- ..
¿No ves? .. P 'ol' aquella puerta que está en la
callejuela
ha
salido úna mujel'.
'
.
I
-Yo veo un hombre .
. -Sí: un
ho~bre
la acompaíla-dijoMorton
con voz ahogada.-Sansón, Sansób, si pro–
n uncias una sola palabra te estrangulo... Ocul..
témonos tras e a esquina, porque viene))
ha–
cia acá.,
Por
la puerta de
la ' casa
vieja que
~a'
á
la
callej uela había
sul@o
una persona,
la
cual,
uniéndose
á
otra que esperaba fuera, marchó
precipitadamente
hacia
la
plaza; después tor-