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B ~
'PÉREZ ' GALDÓS .
5
•
fieles;
que
entre todas distinguiase una
po~
su .
indiscreto reconocimiento de las facciones
y
del vestido de .la desgraciada huérfana. Des-
. pués oyóse' en la' capilla
so~do
cuchicheo de
mu~muracioneg
y
susurrantes ' comentarios, el
'cual, empezando por un rincón, se fué .exten-
"\
diendo hasta agit'ar. todo el conjunto de negros
mantos.
U
nianee u-nas
á
otras .las cabezas; bus–
.caban los movibles labios el oído; inquietába–
se' el rebanó,
y,
por último, sonaron también
las' almidonadas faldas al levantarse tal cual
.oveja que gran des'asosiego padecía. Gloria .
no alzaba los 'ojos de su libro de '·rezos. Si
JOB
alza-fa, h abría visto
á
Teresita la Monja acom–
pafiada
~e
sus tres sobrinas, las hijas del es–
cribano D. Gil Bárrabás. Pero sí advirtió que
...
la
se~ora
de Amarillo se
lev.antaba,
y '
dando
terminante orden
á
.las n if1as , salía con ellas
de la capilla.
Distraída un m'ome'nto por es ta brusca des–
apar ición, Gloria
fijó
de nuevo los ojos en su
piadosa lectura. Pero
110
habían pasado dos
minutos cuando otra sefiora, seguida de dos
nit1as, abandonó también la capi lla. Era la
Gobernadora de las armas.
cHuyen de mí,:. pensó la joven.
Al poco rato otras dos sefíoras y un hombre
huyeron taro ién de allí como se huye de un