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Cómo educó
á
su hija.
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D. Juan de Lantigua no había presidido
persoD.almente
á
la educación de su única hija.
Ade~ás
de
qu~
sus ocupaciones en el -foro-
y
en 'la tribuna le
dejab~n
poco vagar para con–
sagrarse
á
ello,' creía que con encerrar
á
su
hijp. en el colegio. bastaba. Lo{importante era
que en el colegio reinasen buenos principios.
I
Advirtamos que
D.
Juan enviudó
á
los cator–
ce a110s de casador Su digna esposa le dejó
á
Gloria, de doce afios,
y
á
dos pequefiioos que
volaron al cielo, desde Ficóbriga, cuando ape·
nas habían aprendido
á
.andar por la tierra.
Después de residir algunos años en un co–
legio,
á
que daba nOlubre una de las advoca–
ciones más piadosas de la Virgen María,
vol~
-: vió Gloria
á .
su casa en completa posesión
del Catecismo, dueña de la Historia Sagrada
y~
de parte de la profana, con muchas, aunque
confusas, nOGiones de geografía, astronomía
y
física, mascullando el francés sin saber el es–
pafiol ,
y
con medianas conquistas en los do ..