Table of Contents Table of Contents
Previous Page  277 / 712 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 277 / 712 Next Page
Page Background

GLORIA.

~71

cha en que la impiedad'y

Jllalv~~a

desvergüen–

sa de

los revolucionarlos nos empefía, 'no

ba's-

.

l

~ ,

taD, no, la finura

y

ternIlle de las armas, ni el -

denuedo de 100s brazos varoníJes? La mejor ar–

ma es

la

oración, yel m,ás

terri~le

baluarte las

'virtudes,"yel buen

ejemplo~ ,

Seamos buen?B,

', píós, caritativos,

fervient~s

católicos, y ten–

dremo~

asegurada la , mitad del triunfo. Con

sentimiento declaro, 'porque así lo reconozco,

que el espíritu religioso

~stá

muy.enflaque,cido

entre nosotros.

'Se

habla mucho de batallar, y '

.

I

'

poco del 'amor de Dios.

Inter vos dárnliuntmul-

ti:

cEntre vosotros duermen muchos.»

Es

pre–

cis~

que todos despierten, porque la tempestad

está

encima; es preci,so ,'que despierte, no só- .

lQ

la carne, sino

el

:espíritu. ¿No habéis cono–

cido que entre nosotros cunde' desparramada

la herejía?

¿No

véis que hasta los más iuertes

han caído?

¿N~

véis que el racionalismo y el

ateísmo

han

robado muchas almas 'al seno,de

Dios? ¿No véis que disminuye cada día el nú–

mero de los fervorosos -católicos

y

aumenta el

de los indiferentes? He aquí un mal demasiado

grave para conjurarlo fácilmente. Yo os digo:

no sólo es preciso batallar, sino predicar; no

sólo ha llegado la hora de la pelea, sino del

ejemplo santo. Abnegación, paciencia, ' mar–

tirio. He aquí tres palabras mág.icas que su- '

: