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XXX1V
,
En
el
puente
de
Judas-
•
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Mientras
UDa
doc.ena de láicos arreglaban
así, después de comer bien,
10$.
asuntos de la
Iglesia católica, D" Angel de
L~ntigua,
sepa–
rándóse
de
su sobrina;-
á
quien
dejó rezando
en la Abadía, marchaba por el camino real en
dirección al puente de Judas, con objeto de vi·
sitar
ti.
los comensales del Soto. Acompatlá–
banle
á
un lado
y
otro su secretario
y
el paje,
y
seguíanle varios cojos, tullidos
y
toda
la
po–
bretería del camino, anhelantes
de
que les
echase bendiciones, pues alguQos las estima–
ban en
más que las liniosnas
que
recibían.
El
santo varón, con el alma gozosa como
de
costumbre, iba departiendo afablemente cou .
eus dos adláteres, cuando al entrar en el puen–
te de Judas (cuya fábrica de palo era en ex–
tremo frágil) notó que éste se estremecía bajo
8US
pies. Mas no tardó en hallar la razón de
la sRcudida, porque por la otra cabeza del
puente acababa de
entrar
un
hombro
tí
caba–
llo. G
~lop
na.
...
Y , ,,
. ~-
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