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,280 .
B. PEREZ
G
.LDÓS
- Amigo D. Juan - 'manifestó Su Ilus'trfsi ..
;Da
devolvien~Q
el pocillo dechocolate,-Jesu–
cri~ta
dijo:
c'No
juzguéis para que no ;seájs jllZ- -:
-
.
gados. Porque con el juicio con' que
juz~éie
seréis juzgados.... '
y
variando de ¡tono
y
de
asunt~,
aíladió:
e
Es una gloria esta .huerta de
D.
Silvestre.
Aquí todo prospera,
y.
eL trabajo
y
~smero
del
cultivo son frutos de
bendic~ón.
¡Ojalá
sucedie~
ra lq mismo en toda nuestra Espafia, y -tras de
cada
~iembra
de sanos consejos
y
exhortaciones
,viniese una cosecha de buena ,éonductal
¡Qué/
manzanos, qué perales, qué m'eiocotúneros!,
'D . Silvestre vió
,1Iega.do, el momento
~e
sa- '
borear tino qe
los~
más dulces .placereB -de ,su
regalona vida: ensefiaJ;' su-huerta.
-L~vantóse
el
Prelado,
y
Romero fué delante mostrando las
hermosas castas de perales alineados en espal–
dera
los
unos,
su~s ten
tados otros por alam.bres
gordos,
y
todos ellos frondosísimos y "cuajados
de peras. Las' había bergamotas, duque-sas,
ámantecadas, pardas . de invierno
y
de otros
, muchos liuajes exóticos . El cura hacía
fijRr
, la atención en 'los ramilletes de frutas verdes
'K:)
aún,
y.
las tómaba en 'a mano para mostrar-
las~
diciendo: «¿Pero ven ustedes qué peras?
En toda la provincia no hay nada que se les
pueua
comparar.:t l\Ilientras esto sucedía, Don'