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B.
PÉBEZ GALDÓB
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, «¡Ehl
c~balIero-le '
gritÓ
él
~uarda.-Es¡¿
'mandado que por aquí
se
vaya
al
paso., ' ., .
.
/
, /El jinete era Daniel Morton. Luego que
, 'vió
á
So
Ilostrísimá, observando
al
mismo
tiempo
.la
- estrechu.radel puente, semejante
en
esto
al
que
~ienen
10Súmahometan
s
para _
en-· _
1
trar
en el paraíso, detóvose
y
echó pie
é.
tierra.
.
~iAh!
¡Sr. Mortonl. ..•
exclamó
D.
Ang~l
con estupor,
.,si~tiendo
que de improviso_le
desvanecía el gozo
de
su alma.
Daniel .
besó ,el
anillo
con
gl'~n
respeto,
'y\-
d~scubriéndoBe,
dijo:'
c¿No
~speraba
Su
---- Ilustrísima"
verme
'otrft
.
v~z
.en Ficóbriga? '. , .
. .
.
':'-No, seguramente. Ayer -reclbi6',
mi
ber–
, mano una carta_en
que
usted le
l\nunci~bJL
'\1
•
•
VIaJe.
-Pues
Dios
no.
ha querido que
~e
va-
ya
hoy.
'. .
'-:'Cúidado:'
no hay que echa}- la
culpa
de
todo
á
Dios-dijo el
Prelado grareinente.–
Dios lo habrá' permitido, pero no ,lo habrá
querido.
.
. -Con perdón
~e
Usía- Ilustrísima--:-afirm6
Morton,~pienso
que lo
ha
querido. Yo estaba.
en .el
muelle de
X ...
junto
',á
mi equipaje, espe–
rando el bote q ue me había de.conducir
á
bor–
do del vapor, cuando sentí
que
una m'ano
/