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GLORIA
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279
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qua se -apartaron para' -leer un suel tú de pe- -
liódico.
cSr. D. Silvestre-dijo el Prelado cuando –
empezó
á
tomar chocolate. -¿Lloverá - esta. '
tarde?
"
-
-Me temo que sí. "Está la atQlósfera muy
"
"
t
cargada. Tendremos vendaval,
y
fuerte.
~sí
se
puso el tiempo el
dJ~
que naufragó el
PlantlJ–
--genet.
¡Qué
día, seilores, qua díal
- "
-Fu~
tremendo-dijo Su Ilustrfsima.-¿A
quién. creen ustedes que acabo de encontrar
ahora al pasar el
p~ente
de Judas? .. ¿No lo
adivirian ustedes? Pues" al mismo D. Daniel
Morton en persona.
"
-¿Iba
á
Ficóbriga?-preguntó con mucho
interés D. Juan Amarillo•
.
- Allá iba•.. I?arece que él fué quien
"le
dió
á
Oaifás .••
-Quien nQ te conoce- que te compre-dijo
el usurerq ficobrigense, guif1ando el ojo.-No
cr'eo en tales limosnas, aunque ese extranjero
debe de ser hombre muy-adinerado•.•
-Entonces bien podía hacer una limosna.••
-Precisamente lo que no creo es la limosna;
lo que no creo es una generosidad de tal cali–
bre. Aquí no 8omos bobos, Sr. Morton¡ aquí
en Es¡>ofia no nos
mamSlflOS
el
dedo,
y
"sabe- -
mos
couocer
á
los pillos.
.
(
.
.
'.
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'
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