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B. PÉREZ
GALD6s
.
.
peran en eficac,iaá
10B
más cortan'tes aceros.
-M
l1y
bien,
muy
bien.
¡
Viva el Sr. .Lanti–
_gual-exclamó
D.
Juan Amarillo sin
poders.e
,
'
contener.
,-
-Aborrezco
las
exclamaciones
y detesto.
las
apoteosis de
hombres.
No se debe.
'enaltece~
más que
á
Dios; .no se' debe glorificar sino
á
, Aql1él
que
era,
como.
dice
David,
antes que"na–
cieran los montes y ;desde
el8iglo
y
hasta efsiglo.
Contin
uando, pues,' mis observacioBes,
diré
que los males que he
jndicado
y
esta general :–
corrupción 'y ponzoíla provienen de los .male–
ficios extranjeros que ' han dafiado nuestro
cuerpo. Gozaba
Espaiía
des
de
edades
l'emota-s
el
inestimable beneficio
de poseer la úñica fe
verdadera,
s,in
mezcla
de
otra. cl'eencia
algl1na
nLde sectas
bastardas~
Pero los tiempos
y
la
maldad
de los horobres han traído un
poder
.
.
civil que, por obedecer
á
los malvados
de fuera,
ha
dejado
·sin
81uparo
á
la
Iglesia,
enaodo el
deber de la potestad
civil, como dijo San
Félix,
es
deja?·
tí
la
Iglesia
católica que haga
1.1,80
de
Sl&8
leyes, no
permitiendo
que
nadie
86
opongtJ
á
,t'
libertad.
,¿Qué
sucede, pues?
Que
el
error ha
funda–
do mil
cátedras en nuestro-
suelo.
Espantaos,
católicos: según
los
enemig os de Dios, Ía pre-–
ciosíeima unidad
de nuestra fe es
un mal, ,