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B. PÉRBZ GALDÓS
me abrazó, ,éef1arita,l'... abrazándome, díjome
. que
su acción no tenía nada
dé
particular.
-¿
y.note. reprendió tus faltas,
DO
te dijo
que
fueses bueno?
-Me dijo:
cTú
n9 eres perverso, sino des–
graciado.
Sé
siempre hOQlbre de bien,
~
y
nada
'más. Yo estaba aturdido. Creí que Dios había
~entrado
en mi casa,
y
cuando el caballero del
vapor partía en
su
caballo, me volví
á
poner
de rodillas.
-¿Y
'no
te dijo nada más? ¿No tE)
habló...
?
Gloria se
~etuvo, _
como
si
no acertara con
la
palabra más'adecuada para expresar
Su
idea~
«¿De qué?
-¿No
te habló de 'ning'una otra persona? ••
Porque podía suceder.•• Recuerdl) bien: ¿no'te
dijo nada
deo!.~?
.-
,-¿De
qué~
-¿No te dijo nada de•.• de mi?»
Esforzábase la seílorita 'en afectar completa
naturalidad.
!
cTengo todas sus,palabras tan presentes co–
mo si las estuviera oyendo
á
t9das horas, y na–
da.,
nada me dijo de usted.•
Gloria se levantó.
cAunque no lo necesitas-dijo,-yo traje
esto para tí
y
aquí te lo dejo.
-Aunque no lo necesito, lo tomo por ser de
1,