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IRMA

L6PEZ DE

CASTILLA

La biblioteca tambien tenfa

libros de economfa, geograffa ,

comercio, agricultura, regadfo,

apertura de caminos, crfa de

ganado

y

de gusanos de seda,

edificaciones, industria de tin–

tes, construcci6n de navfos

y

navegaci6n.

Una excelente colecci6n de

mapas de todas las regiones

del Nuevo Mundo, muchos de

ellos con descripci6n de primera

38

mono de las grandes rfos ameri–

canos. Tambien obras tradicio–

nales coma las geograffas de

Strabo

y

Ptolomeus. Los jesuitas

se interesaron par la obras de

Copernico, Kepler

y

Galilei. Te–

nfan tablas astron6micas, ma–

nuales para el uso de telesco–

pios

y

tratados sabre eclipses

y

terremotos.

La Biblioteca de San Pablo

destac6 par su colecci6n de

El Valverde de

Amusco ,

Juan

{1525-1588) ,

que utilizamos en esta edi–

ci6n porque esta en nuestros fondos,

es

uno de las mas notables. Su

Historia

de la composici6n del cuerpo humano

tuvo diversas ediciones, dieciseis para

ser exactos, en vorios idiomas. Su por–

tada y sus be/las estampas anat6micas

lo vue/ven el libro

espafio/

mas

cono–

cido

de/ siglo XVI. Pero cabe agregar

a/go,

ala onatomfa descriptivo», que

es coma se

conoce

a esta etapa de

la ciencia medico, fue pr6diga en

publicaciones. En nuestras pesquizas

hemos encontrado una asombrosa lis–

ta, unos

18

mil libros, def XVI

y

el XVIII,

en bibliotecas americanas

y

europeas

{la

mos

notable, la de Oxford} .

Con

esa descripci6n de 6rganos arranc6 la

medicina que

conocemos.

Para saber

hay que ver. Y los anatomistas abrie–

ron, vieron, describieron y comenzaron

a comprender. En el XIX, vino la

ciencia

qufmica a producir una farmacopea,

sobre la base de 6rganos largamente

descritos y

conocidos.

obras generales de historia en–

tre ellas, las de autores coma

Luis de Cabrera, Mabillon,

Antonio de Herrera

y

Louis de

Moreri.

No faltaban las historiadores

de Grecia

y

Roma ni las histo–

riadores modernos que se es–

pecializaron en la antiguedad,

como el trances Charles Rollin,

que estudi6 a las egipcios, car–

tagineses

y

asirios. La historia

Joyas de la Biblioteca