Sin etnbargo, para E asadre, el tetna educativo no es reducto exclusivo del Estado
y
sus instituciones, también debe ser preocupación de la sociedad. Quizás sea la
educación, para E asadre,
el
elemento más eficaz para unir a lo que llamó
el
«Perú
legah
y
el «Perú reah Encontrar
el
equilibrio entre lo que le toca al Estado
y
lo
que es pertinente para la comunidad es nna tarea sUlllamente compleja pero
necesaria, pues, de lo contrario, correríamos dos riesgos: por nnlado, la parálisis
que puede acarrear
el
individualismo;
y
por otro lado, la arbitrariedad estatal
remataría en nna organización vertical en la que las personas, individual
y
colectivamente, sobrarían.
Este es, a grandes rasgos,
el
planteamiento de E asadre con respecto al tema de la
educación. Y he deseado poner énfasis en el tema de la ciudadanía,
y
del ciudadano,
porque considero que es la piedra de toque, no solamente de la materia
educacional, sino de la propia consistencia democrática que aspiramos tenga
nuestro país. Sin educación no puede haber ciudadanos,
y
sin estos es incapaz de
adquirir solidez la detnocracia.
Uno de los tantos eletnentos de llnportancia contenidos en la visión basadreana
sobre el tetna educativo, es su preocupación por no desligar al individuo de la
colectividad, al Estado de la sociedad, a las élites intelectuales de lamasa, en sUllla,
al país oficial del país profundo. Hoy, que en ciertas visiones más o menos
hegetnónicas en
el
Perú
y el
mnndo se desdeña a la comunidad en provecho del
individuo
(y
se extrapola dogmáticamente
la
labor etnprendedora de este al interior
de nna competencia feroz
y
sin reglas) es reconfortante releer las páginas de
nuestro ilustre homenajeado, para recordar que la persona individual carece de
sentido si no pertenece a nna comunidad. La sUllla de los esfuerzos individuales
puede constituirnna volnntad compartida; que depende, precisamente, de nuestra
conciencia de pertenencia la realización de muchos sueños, para nosotros
y
para
los que vendrán.
ACTUALIDADDELAPROPUESTADEEASADRE
La educación actual en
el
Perú presenta signos de crisis; algunos, incluso, piden
que se la declare en etnergencia (Lynch 2003: 27). Una encuesta realizada por el
propio J'vfinisterio de Educación
y
nn reciente informe internacional nos han
hecho evidente nna realidad dolorosa: los allllllllos no saben leer, mejor dicho,
no entienden lo que leen,
y
no comprenden lo que estudian (Diez Canseco 2003:
- 72-