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por toda Europa y el consiguiente establecimiento de más de
doscientas imprentas en dicho continente hasta fines del siglo
XV, circunstancia que permitió la producción y circulación
de miles de ediciones, mientras que, por el contrario, en
América del Sur Lima fue la única ciudad que se vio
beneficiada con dicho invento durante más de doscientos años
debido al sistema político imperante.
El polígrafo chileno José Toribio Medina en el plan de la
obra contenida en el primer volumen de su monumental
La
imprenta en Lima
retoma los extremos cronológicos señalados
por Prince para los incunables peruanos, y deja constancia de
ello aunque se resiste a emplear la frase. En otra obra posterior
(Medina 1916: p. III), y con ocasión de dar cuenta del hallazgo
de un impreso desconocido de Antonio Ricardo, Medina
emplea la variante
incunable limeño
. Es interesante advertir que
Medina destaca el hecho de «agregar un incunable limeño a los
catorce que hasta ahora se conocían». Probablemente esta cifra
alude al número de impresos de Antonio Ricardo
correspondientes al siglo XVI conocidos por Medina.
Luis Agustín Cordero (Cordero 1979: 32-33) se apoya en la
opinión del eminente historiador Alberto Tauro del Pino para
señalar como incunables peruanos a los impresos producidos
por Antonio Ricardo y Francisco del Canto.
7
Cordero fija como
extremo cronológico para los incunables peruanos al año 1618,
probablemente basado en los estudios de Rubén Vargas Ugarte
(Vargas Ugarte 1953a: XXVII), quien afirmaba que la última
__________
7
Tauro del Pino en “Antonio Ricardo, primer impresor limeño” (inserto en el
catálogo
Incunables Peruanos en la Biblioteca Nacional
y originalmente
publicado en la revista
Fénix
N° 34/35) utilizó la frase al referirse a la
Doctrina
Christiana
: “un ejemplar representativo de la tipografía de su tiempo, un
hermoso
incunable peruano”
(las cursivas son nuestras).