Table of Contents Table of Contents
Previous Page  37 / 184 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 37 / 184 Next Page
Page Background

La

io lencia la he vivido desde muy niña. Mi mamá me ha

contado que Sendero a esi nó a mi tío y a mi abuelita, a quienes

le cortaron la yugular. Mi mamá siempre llora cuando se

recuerda, obre todo p rque la amenazaron con matarla porque

había enterrado a u mamá. Los del Ejército se lle aron a mi

papá al e tadio d e Huanta, d o nde lo azotaron hasta que el

palo se rompió. Castigaban a todos lo varone , obre todo si

eras autoridad . En e a época mi papá era ecretario. A todo

lo llevaban al e tadio para ca tigarlos. Me acuerdo que cuando

había atentado y re encaba algo, todo se apagaba, comíamos

en ilencio, en la oscuridad , in luz, o lo a elas. Recuerdo

también que un día , con mi mamá, es taba regresa ndo a la

chacra y en una cuneta había aco y aco de bulto . Yo pateé

y e ra gente. Yo grité, pue . Eran como la seis de la tard e y, yo

de curio a no má , me acerqué a lo co tales. Mi mamá me

dijo que no aricara, pero e o e me quedó aquí, ha ta ahora lo

iento, no puedo explicar por qué.

El último año de secundari a quería ser policía o veterinaria,

po rque me gu taba cu rar a lo aní male , o peraba a mis cuyes,

les po nía inyección, castraba a los perro . Lo d e po licía era

po rque había mucha mujere que le pegaban u maridos y

no d ecían nad a. Me daban pena y yo decía: •Voy a ser po licía,

voy a ser la muje r que defienda a otra mujer». Pero ento nces

conocí a Claudia. En realidad, yo la había conocido en tercero

d e media y cuando e raba e n quinto e ll a me llamó . o

conocimos en la plaza d e Hu anta. E tábamos recauda ndo

fondo para la promoción del co legio y yo había coci nad

e taba vendiendo puka picante. Ento nces, Claudia se acercó

como man o corde rito y comenzó a preguntarme qué hacía,

d ó nde estudiaba, dónde ivía. Comenzó a mete r e e n mi

mundo

y,

de pronto, me dijo: «¿Te gustaría trabajar en una

película?». Yo le dije í, por qué no. Le di un teléfono y dos

año de pué recién me ll amó.

Recuerdo que fa ltaban dos día para que acabara el colegio

y C laudi a llamó. Como yo no tenía número, le había dado

el teléfono del co legio. Ahí me llamó. Yo me había o lvidado

de quién e ra, pero me hizo reco rdar lo del parquecito y lo de

la puca y me d ijo: «Esta emana an a ir para hacerte el

casting•.

Yo no sabía ni iquiera qué era un

casting,

pero igual fu eron

a mi casa para h acérmelo. Me dijeron que fueron como

trescienta chica de la zona de Ayacucho a quiene les hici eron

casting:

de ahí salí yo. Luego recién me trajeron a Lima para

hacer el

casting

nue amente. Ahí recién mandaron para E paña

para ver i Le gu taba a lo productores y fue as í como me

eligiero n . Al te rminar el co legio me vi ne para la fi lmación .

Te nia 18 añ os. Aquí me ponen un profesor de actuación

que h abían traído de España, lñaki. El profeso r era muy

bueno. En do , tre emanas me enseñó a saca r sentimiento ,

a meterme en el mundo del pe r o naje. Había escena en la

pelicula, como las del ince to, en las cuales yo chill aba: «¡ Pero

yo no hago eso!•. La directo ra me decía q ue yo no lo hacía,

VISIONES DE LA MODERNIDAD DESDE LO CHOLO

La

etnicídad fractal

y

los significado

subordinado del mestizaje

Klor de

Al.va

ha

sugerido que

«como

resultado de la variedad de procesos que

representó,

el

mesti;_aje

en

Latinoamérica

tiene

1ma camaleónica naturale;_a que

Le

permite ser occidental

en presencia de los

e uropeos,

indígena

e n los pueb los

nativos

e

indio

en los barrio contem–

poráneo de Estados Unido • (1995:

243, énfasis mío). Si bien

estay

de acuerdo

con

esta heterogénea naturaleza del

mesti;_aje, difiero respecto a

La

idea de Klor

de Alva

en otro

importante

sentido. Pienso

que Los

diferentes

significados del mestizaje

representan declaraciones políticas en

competencia, que los individuos subor·

dinados y

dominantes

hacen

sobre

el

espacio

que ocupan

Las

identidades

subalternas en

La

nación

y que,

en

ese sentido,

no

son

simplemente

el

reflejo de 1tna naturale;_a

ca maleó nica que varía

sin

mayores

'

problemas

en función

de los diferentes

in terlocutores.

Visto

de

es te modo,

el

•mestizaje•

no

es

ttn terreno

de

encuentro

-el

meltina pot

latinoamericano-,

como

ha

propuesto

La

perspecriva

dominante

mexi ca na apoyada en la obra de

Vasconcelos

(1925).

Se trata

más

bien de

un terreno

de

contestación

política y

reformulación dialogística,

en

el

cual Los

intelecruales de

La

élite y Los intelectuales

populares disputan acerca de los signi·

ficados de

Las

categorías de

identidad

y los

de:reclws a

La

plena ciudadanía.

De acuerdo

con

Paul Gilroy

(1993 :

2)

creo

que

creo liza ti on, métissage,

mesti;_aje e hibridez

son

conceptos que se

derivan de formulaciones de principios de

siglo y que

son,

por Lo

mismo,

maneras

bastante insatisfactorias de nombrar los

procesos de

identidad

que exceden Las

fronteras de Los discursos binarios de ra;_a

y emicidad.

pp.

333-335

DE LA CADENA,

MARISOL

Indígenas

mestizos: raza

y

culrura en el Cusco. Lima,

lnstiwco

de

Estudios Peruanos, 2004.

33