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llilhia dado en 50;
y
c¡uc en los últimos
clwh'o mios
de
1<d comercio, únicos en
<JUC
se celó el contrabando, ape-
1ws
itlcnnzó el producto ele los derechos sobre
Cascarilla
"la exigua suma de 17,000 ps. por año; siendo así que
rlc los mismos libros de la aduana, consta que en cada
uno de los cuatro de
monopolio,
el Erario ha
1·ccihi-
1lo
129,000
ps., que
hacen
1:1
enorme suma de mas de
medio millon de
7¡eeos
en solos
cuatro
años.
Bajo del
comercio libre,
es
notorio
c1uc la Quina en las
provincias
y
aun en
esta
ciudad, se vendia desde doce
hasta veinte pesos el quintal; muclrns veces a pfozos
y
aun
;t
cambio
de
efectos.
En <•sla
proporcion era su decaden–
cia en los mercados de la costa
y
Europa.
Bajo del
monopolio
se ha paga(lo desde veinte
)'
dos
lrnsta treinta pesos dinero de conl;u}o; )' Jos conlraban–
dist<1s
de
alta clase que no
pagan derechos al Erario ni
corren riesgos en
fa
cl;mdcstina
cslrnccion,
Ja han pa–
gado lrnsl:t
cuarent.a,
desde
quP
en
el
esterior
la
Ycndian
a mas de cien pesos, a que la lrnhia c!erado el monopolio
en sus prirncros
ensayos.
Hcsulta de-lo dicho que la
JVacion
,
el
Erario
y
aun
los
especuladores ¡rnrticulares
perdían tanto
con el
comer–
cio
libre,
cuanto tlcspues han g:urndo .'.\ espcnsas del l\fo–
nopolio,
<Jm~
ha elevado el artículo a tan
alto
precio.
Luego
el
comercio libre
era tan funesto a la
Nacion
en
su riqueza, ai
E'rario
en sus ingresos
y
a los
particulares
en sus
especulaciones,
cuanto
el
monopolio
bajo
de
una
o de otra
forma, dehia ser
útil
a todos ellos.
Tal ha sido la conviccion de los hombres mas ilustra–
dos del Departamento. La misma animó a todos los Go–
hiernos
y
Congresos nacionales desde el afio
<le
1880.
Vamos
a demostrarlo con
hechos
notorios
y
documentos
autéuticos.