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cio'n de u_na menesterosa
y
huerrana familia, solicite en
Lima del Gobierco Supremo el reconocimiento de cua–
tro mil pesos que se
babia~
entregado a los perseguido–
res de la expedicion Santa Cruz, como en pena o castigo
de los auxilios prestados tan oportunamente a eseejército,
cuya cantidad fué arrancada a
la haca de un cañon, a
la vista de los banquillos
y
de una manga de Gr"na–
dcros prontos a desaparecer al que retardase la entre–
ga de la suma acotada,
y
la resaludan definitiva de ese
Gobierno Naciana\ fué, qne siendo cantidad entregada a
los
espaí'iole~,
se efectuaria su reconocimiento tan_ luego
que llcgai:ie el caso o modo de consolidar
y
satisfacer la
dt~uda
espanola, lo que
hasta
ahora no ha
tenido efecto
alguno.-Con tal
y
con tan t'rÜel desengaño muchisimas
familias de mi país han arrinconado o quemado los crP·
dmlCialos (le
mas
de quinientos mil pesos que, desde
18~0
hasta 1824
\e~;
arrancaron los
Peninsulares,
fuera del
sa–
queo de Enero de 1823, en dinero efectivo, en Aguar–
dientes,_
en caballos, en mulas,
y
en otros mil articulas
de positivo valor para auxilio de sus tropas,
y
han. que–
dado
y
quedarán despojadas. tan inicuamente de ese pa–
trimonio de sus padres por solo
haber
-promovido
la in·
dependencia del Perú, proveido abundantemente a sus e–
jércitos
y
salvado
las vidas de aquellos que como los
SS. Generales, Gamarra, Tarrico, Vivanco,
}fendiburu
y
Echenique
en ti
e
mpos posteriores rijieron sus destinos,
sin que despues
de pasada la
tormenta hubieran acordl!.
dose de la déhil tabla que la
Providencia
les Jeparó para
evitar su indefectible aniquilamiento.
VIL
RESULTADOS DE LA BATALLA DE AYACUCHO
Y DE LA INDEPENDENCIA PARA MOQUEGUA
Llegó por fin el venturoso 9 de Diciembre de 1824
en que
vor
la esplendida victoria de Ayacucho se sello