LA GUERRA
nazo terriblemente ) si no desistía del sitio : despues de
malgastada una larga c01iferencia > se jüeron los Le–
gados sin concluir nada. Luego que esto se supo en
Cir~
ta
,
los Italianos de la guarnicion
,
por
Cl!!JO
esflterzo se
havia hasta entonces defendido la ciudad_, cmfiados en
que si se entregaban, no se les haria agravio
por
1•espeto
a la grandeza del Pueblo Roniano : aconsqan a Ader–
bal que se entregue
_,y
entregue la ciudad a Jugurta>
sin mas condiciones que la vida
,
diciendo/e que de lo
demas cuidaria el Senado. Aderbal, aunque en ·ningu–
na cosa del mundofiaba menos que en las palabras de
Jugurta
;
como veia que los Italianos mismos que le
acons~jaban
asi
,
podrían si lo repugnaba obligarle a
ello : tuvo que cortformarse con su parecer_,
y
hizo la
eiitrega. Jugurta ante todo
_,
quita la vida a Ader–
bal, haviendole cruelmente atormentado : despues pasa
a cuchillo a todos los Númidas de catorce años arriba>
y
a los niercaderes indistintamente >segun se iban pre–
sentando a sus soldados. Sabida esta novedad en R oma>
.!!
haviendose comenzado a tratar de ella en el Senado:
desisteret ; multa tamen oratione
consumta , legati frustra discessere.
Ea postquam Cirtre audita sunt, Ita–
lici , quorum virtute mcenia defen–
sabantur , confisi , deditione facta,
propter magnitudinem populi R. in–
violatos sese fore , Atherbali sua–
dent, uti seque , et oppidum Iugur–
thre tradat : tantum ab eo vitam pa–
ciscatur ; de ceteris senatui curre
fo–
re. At ille , tametsi omnia potiora ·
fide Iugurth::e rebatur ; tamen , quia
penes eosdem , si advorsaretur, co–
gendi potestas erat , ita, uti censue–
rant Italici , deditionem fecit. Igi–
tur Iugurtha in primis Atherbalem
excruciatum necat : dein omnis pu–
beres Numidas, atque negotiatores
promiscue, uti quisque armatis ob–
vius fuerat , interfecit. Quod post–
quam Ro1me cognitum est, et res
in senatu agitari ccepta ; iidem illi
ministri regis interpellando , ac sre–
pe gratia , interdum jurgiis trahen-