i7~
· ·
Discurso
IV.
aqeglada
!
Conduyamos , pues, que en Ia pri:i.
mera causa debe concurrir ,
y
concmre toda
plenitud de ser , de poder , y de inteligencia,
de
quien todo
lo
que es, y sera e·x1ste ,
y
exis–
tira ,
provenga:.
1
·
5
4
En toda esta digresion no hemos he-
~
t'tr ··
lemoria del. sistema emtre todos
1
el mas
irnpfo 'que hace
a
la casualidad del movimie11-
to
·autor de
fa·
organizacion .,
y
animacion del
Uni
verso , de lo que ya tanto, segun se ha ofre–
cidto,
hemo~ . hablado· :
qui.em. decir,
del
Atheis..
nlff,
·ipaua
cuy
1
a
"eonfusi.on-
1;desde lo que acaba-
.tnos de decir , nos basta un solo paso. Si necesa–
tiamente debe dajrse una causa eterna , sin que
1inpfo
aruguno ,,
de
qualquier dase que sea' pue•
~la.
negarla
i;
y
causa
eon·1 plenitud
·_de todo
ser;
pues ·que
de ella
todo ser proviene, ·
i
porque
no com plenitU:d dtr poder
'e
inteligemcia?
l
y
que
otrn ser
·es-
el1Diro.s; qilie. tados -adohmos?
_.,
~
55
Nos
'.rest3: hablar de la Mitologia
de
Ios Griegos ,' como Jo hemos hecho de
Ja
de
los.
Caldeos ·, Persas,
y
•Egipdos ; pero ni ·tan
~~ '~r~>v~ p~P,.emo~·(flaJJe;
ex
1
pediente
~on10 ~i'
.fos
-precedentes ;
ni
€n
verdad ··es·'justo lo hagarnos,.
J;ta
Mito~~gi11
,Griega
, poqe~os de~:~r,
es com–
prehern;iya
,de
~~1toda
1a,·
supersticion paganiaa,
tan-