Discurso IV.
·
tas crecen ,
y
marchitadas por .el calor , vuel-'
ven con ella
a
su verdura. Hoqiero
foe
del mis..
mo dictamen (
1). -
8
No pudiendo por sz misma el agua adunar·
seen tan varios, y distinguidos cuerpos como los
de que es principio , constituy6 una mente or–
denador.a de la materia en tan maravillosas for–
mas, como las que se ven en la naturaleza, de
la
que muy,Iuego volverernosa hablar(z).
9
Anaximander , tarnbien Milesio , disd–
pulo de Thales, y que vivi6 unos cinco siglos
y medio antes de la Era Christiana , quiere que
el principio de todas las cosas sea el infinito.
En
este infinito todas las cosas se producen , y
resolviendose,
a
el v·uelven. Consiguienternen–
te afirma , que ya nacieron ,
6
se
for~aron
in:–
fi
nitos mundos ,
y
perecieron.
El
infinito
_de
todo abunda para la organizacion de infinitos
cuerpos , ni puede hallarse en el defecto. Mas
este Fil6sofo no explica
Ia
materia de que este
infinito conste, ni n1enos habla de causa eficien..
te que
Ia
ordene. Parece no obstante reconocio
~1guna
divinidad en
los
astros
celes~es
(3)·
' ( r)
Oceanum cunctis prrebentem exordia rebus.
(2)
Plutarch. de Placitis Philosopbor.
(3)
Plutarch. de Placitis Philosophor.
Ana-