Discurso IV.
licencia.
A
la
verdad ninguno
debería
exer–
citar
este ministerio sin expo~erse
para
él co–
mo
para Confesor: véase
Cuniliati
tract.
1
4.
de
Sacram.
ordin.
§.
4.
n.
5.
Por fin , lo que princi..
palmente debe cuidar en esta materia tan delica–
da el Exorcista es evitar todo motivo de sospe-–
cha en el vulgo, de comercio ,
y
grangería. To-
1
do intereses un monstruo horrendo,
y
dificil de
combatir ;
y
cubierto con el velo. de religion,
se
hace
inexpugn~ble '
y
los males que causa,
son la ruina de todo lo bueno.
Hay
Sacerdotes,
que se dedican
á
hacer ,
y
escribir papelitos,
que dan _cerrados contra
las
potestades
infer~
nales. En esto
es
menester mucho cuidado, co-
1no
se puede ver en Pontás verb.
Superstitio,:
la Iglesia tiene sus ora.dones. Sin duda sería
mas oportuno en tal caso grabar las ·palabras en
el corazon de quien
los
pide, que en el pa–
pel , en que se dan. Alguno .de estos escritos
he visto,
que
me pareció delatable ; mas tam-
. bien es cierto se dan con buena fe ,
y
san–
ta simplicidad. Cori todo , so"n abusos, que se
deben desterrar.
§.
VIII.
1..0
5
Se nota
_en
los Christi~nos Griegos,
t]_Ue -