Monarquía Divina.
I
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E~ Manicheismo · , aunque con varie–
dad
explicado ,
no déx-ó_
de ·1nantenerse
erÍ
muhos tiempos,
y
siglos,
y
se mantiene aún,
no solo entre los iüfieles , sino tambien
entre
algunos que pretenden acordar este falso dog–
ma con el Evangelio. Tal es la dificultad de
afianzar en propias luces la cónciliacion del
bien ,
·y
del mal en
un
solo principio , como
si
el mayor de
los
males no viniera de
noso–
tros mismos ,
y
el Sapientísimo Ordenador de
todas las cosas no dispusiera el mal en condi~.
cion de servir
al
mayor
bien..
§.
IV.
6 9
·
En estos sistemas
hay
mucho que
exa–
minar ,
y
siempre
que
dará incierta la verda–
dera in tencion de sus asertores , por la falta,
y
confusion de sus escritos.
Si
el que se nom~
bra Dios malo es de igual soberanía ,
y
po~
testad
con el Dios bueno , deberán ser
repu-–
tados por _mas infelices que las criaturas mis-
Tom.II.N 3
n1as,
satellitibus
in eodem illo castello comprehensum hominem
ignominiose in Persidem abduxit , ubi calamo cure detraéta,
ultimum de eo supplicium sumpsit. Quam quidem cutem
utris in
rnodum ,
infartis paleis ,
ad
hodiernum diem in Persi-
1
de servant.
Ep iphan. Hceres
66.
n.
1 2.