Discurso III.
los dos prindpios. La Religion Gentílica
era
la dominante en el país ,
y
aunque pudieran
elegir
Jueces
Christianos ,
se fué
á
e vitar to–
da sospecha de pardali
dad.
La gloria
de la
~onferencia fué por _Archélao , á qu_ien los
J
ue-. .
ces aplicaron
la
viétoria ;
mas
no
por
eso se
confesó Manes vencido , prosiguiendo
como
antes
en semb.rar ,
sus
errores , fomentando nue–
vas disputas. Su fin fué
demasiado trágico :
se
dice
g·ue
hallándose un ·hij.o del
Rey
de Per–
sia gravemente malo , desauciado de sus
Mé- –
dicos , se .obligó Manes
á
curarle ; pero
la
a
plicacion
de sus remedios nada mas sirvieron
qut;
de
acelerar la muerte: por cuyo motivo,
habiendo sido encarcelado , tuvo la coyuntu•
ra de escaparse ., aprovechando este · tiempo
para su predicacion ; mas á lo último , vuelto
ocultamente
á
Persia , ·
y
cogido . por los
l\1i-
, nistros del Rey , .que ansiosamente ·
le
busca–
ban , fué
condenado
por
aquel
á
ser desolla–
do vivo ; lo que executado, se echó su cuer~
po
á
los perr?s ,
y
su
piel llena
de paja,
,pú–
blicamente expúesta , a-ún
se
conservaba
en
tiempo
de
S..
Epifanio (
1 ).
· El
(1)
Sed
&
·Púsarum :,.Rex éómperta· Mankhrei fuga ; missis
.
Sa"''
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