Monarquíq Divina.
19
5
66
Echado por el
mundo
á
instruir
las
gentes , que
pensaba descaminadas de la ver–
dad ,
y
creyendo en el- fondo ser Christiano
iluminado por el Espíritu Sánto , enseñaba en–
tre otros errores el origen del bien ·,
y
del
mal
en dos principios independientes coeter-4
nos ,
y
poderosos,
ó
en dos divinidades , abu.•
sando de varios lugares .de -la _Escritura ,
en
que creía demostrada su doél:rina ..
67
Habitaba al tie1npo en Cascara , Ciu~
dad de la Mesopotanlia , un hombre de mu–
cha piedad ,
y
limosnero, llamado Marcelo , de
cuya Ciudad era Obispo Archelao. N:oticioso
Manes de Marcelo , le escribió una carta , en
-que
echaba las semillas de su doélrina , ofre–
ciéndose
á
boca explicarla con
mas
ex.tension.
Marcelo comunicó la carta
á
Archelao ,
que
luego conoció la impiedad de
aquel
_escrito;
mas
no
obst11nte
se ·
convinieron en
que se
convocase
á
Manes
á
darle su explicacion.
Respondió lVIanes con su presencia ,
y
luego
se concertó una arreglada disputa entre
Ar–
chelao ,
y
Manes en casa de Marcelo ,
en
que
cada
uno
debía defender su partido , para la
que eligieron
quatro
Jueces sabios Gentiles,
y
por consiguiente instru~dos en la docrina de
N
z
los