Discurso III.
rna diversidad de tiempos , países ,
é
ima–
ginaciones ,
la atribuyeron unos al Dios Su–
premo ,
otros
á
los Dioses subalternos ;
al
malo unos,
y
otros ·al bueno.
§.
I l.
6
3
Este sistema parece
f
ué el de aquellos
Sectarios, que en el principio _del Chr~stianis–
m-o por la sublimidad de sus especulaciones
-
se apropiaron eJ soberbio nombre de- Gnósti–
cos , Simon, Menandro , Carpócrates,
Basílí–
des , Cerdon;
y
otros
del
mismo
gremio,
im–
buidos de los princi píos de los Magos ,
y
an-–
tiguos Filósofos , conocían una Inteligencia su–
prema ,
_un
Dios encumbrado sobre todo quan–
to se pueda pensar ; mas no se persuadían que
el
mundo, en
quien
se ve tanta perversidad en
lo fisico ,
y
en lo moral
l,
sea obra suya , sino
de unas potestades ,
ó
deidades subalternas,
criadas por el .Supremo Dios ; de modo, que
el
mundo era
como
una obra de juguete ,
_ó
di version de estas inferiores Deidades. Mar–
cion , el
ll)aS
f
amaso de los Gnósticos , siguió
los errores de Cerdon su Maestro ,
adelantan-:
do no poco
en
sus explicaciones ; pero es
qificultoso
_se~.alar
hoy
sus
particulares
sentí~
mien-