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Señor, ense-ñqdnos vuestro Padre,y
no'S basta.
El solo puede llenar
todo nuestro vacío , y todas nues–
tras ne~esidades , contentar para
siempre todos nuestros deseos ,
y
hacernos bienaventurados.
Desocupemos nuestro corazon
de toda otra cosa ; porque si el Pa–
dre solo nos basta, no necesitamos
de los bienes que alhagan
á
los sen-–
tidos, ni menos de las riquezas., que
están fuera de nosotros ; ni tampo–
co de los honores , que solo tienen
su existencia en la opinion de ·los
hombres. No necesitamos de esta
vida mortal , y mucho menos de
lo que es necesario para conservar–
la : solamente necesitamos de Dios,
que nos basta ; y poseyendolo , es-–
tamos contentos.
¡
Qué animosas son aquellas pa–
labras de San Felipe! Para que en
nosotros sean verdaderas , es nece–
sario tambien poder decir con los
Apostoles ·:
Señor
,
todo lo hemos
de-
Math.
x
1
x.
jado por seguiros.
A lo menos es
'l.J.
Xz
me--