DIA LXXXII.
Nadie viene al Padre Eterno sin,
por
Jesu-Christo.
Ibid.
1
·N·
Inguno viene
á
mi
Padre
sino
por
mf.
Entra con sus Apos-:
toles en un secreto mas profundo;,
y
para hacerles del todo impertur..
bables , les enseña todo el bien
que:
hallarán en él. Este bien ~erá
,- _qu,e·
si
lo
hallan , poseerán
por .
Jesú,-·
Christo
á
su mismo Padre , qu_e de~·
be ser todo el obgeto de sus
deseqs,
como lo era de todos lo~ del
Salva--.
dor.
,,.
Nb1guno
viene
á
mi
Padre sino
por' mí.
Si el
Salv~dor
.~s
el
.cªmino,
la
verdad ,
y
la vida , no .. es neée–
sario que nos lleve
á
otro, que
á él
mismo , para ser
felíces.
i
Con
que
como
ha
de ser
el
camino para
guiarnos adonde está su Padre~
¡
qué mas queremos , que
la
verdad
y
la vida , que hallarémos en él!
,
El