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Cayeron los ilustres soldados de la idea,

Los dignos defensores del patrio pabellon;

No en el palenque noble de la leal pelea,

Sino en cobarde lazo, vencidos á traicion.

¡Cayeron los valientes! Y entonce los puñales,

Brillaron con rojizo, siniestro resplandor........

Y hubo una horrible orgía con sangre de orientales,

Que en víctimas inermes cebóse el vencedor.

La ci udad de Paysandú, situada en la márgen oriental

del caudaloso Rio Uruguay, y hoy una de las poblaciones mas

importantes del litoral uruguayo, fué fundada el año 1772 por

el Corregidor D. Juan José Soto, con docefamilias provenien–

tes de las misiones jesuíticas, y erigido en curato, bajo la

advocacion de San Benito, el año 1805.

Sus valientes hijos descollaron siempre en nuestras contien–

das desde. los albores de la independencia de la República

Oriental, prestando sus servicios á los patriotas de los años

1815 y 25, y posteriormente al Gobierno Constitucional del

año 36, contra la anarquia.

En el año 1843, despues de haber sufrido á principios del

año 38 otro sitio por el mismo general, siendo el jefe de la

plaza el General D. Juan Antonio Lavalleja, fué nuevamente

sitiado Paysandú por el General D. Fructuoso Rivera con una

columna de las tres armas, y ayudado desde el puerto por una

escuadrilla francesa. El Dr. D. Felipe Argentó, que mandaba

la pequeña guarnicion, resistió por varios dias de una manera

heróica, y solo entraron . los sitiadores despues de haber diez- ·

mado á los valientes defensores y cuando tenian que pel ear

hasta con piedras, por habérseles concluido completamente

las municiones.

Con razon, pues, allá por los años 63 y 54, contando apenas

con 17,000 habitantes, mostrábase orgullosa Paysandú por sus

tradiciones g loriosas, y exhibia con cierta altaneria su gallarda

figura, como diciéndole al viajero que contemplaba sus muros:

¡Mis hijos perecerán, antes que entregarse á sus enemigos!

Y no se equivocaba. Los hechos corroboraron estos presen–

ti m.ientos.

A principios del año 63 invade el territorio oriental el Gene–

ral D. Venancio Flores, y, despues de algunas escaramuzas y

pequeños combates en la campaña de la República, consigue

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