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algo, horrorizado de sus crímenes y abochornado ante la con–
ducta generosa de su contrario: habiéndose visto, por último, en
las revoluciones posteriores que se han producido en el pais,
que ya la guerra se ha hecho bajo otras condiciones, respetando
mútuamente por ambas partes
á
los que caian vencidos en
la lid.
Terminada la revolucion del 70 por el Pacto que ya conocen
nuestros lectores, y en poder de D. Tomás Gomenzoro, como
Presidente del Senado, la Presidencia de la República, es
electo Presidente el Dr. D. José Ellauri, debido
á
una combi–
nacion de última hora y como una especie de transaccion entre
los dos candidatos que se disputaban el triunfo, el Dr. D.José
Maria Muñoz y el mencionado Sr. Gomenzoro.
El gobierno del Dr. Ellauri, si bien no llenaba en absoluto
las aspiraciones populares, <lió lugar, sin embargo, en los pri–
meros momentos á hacer concebir esperanzas de que pudieran
llegar á hacerse efectivas.
Pero la debilidad del gobernante y su partidismo intransi–
gente, como ya lo hemos dicho en otra parte, pronto desvane–
ció en el ánimo de todos la ilusion que se habían forjado .
Sucedió, pues, que el mal elemento del país, aquel que nos
ha dado una série de gobiernos á cual peor, se aprovechase de
la debilidad del mandatario y entrara
á
conspirar públicamente
para derrocarlo del poder, concluyendo por hacerle la revolu–
cion el 15 de Enero de 1875, de acuerdo con el ejército que
estaba minado por los conspiradores y que fué el primero en
presentarse amotinado y dar en tierra con la autoridad cons.
tituida.
Por último, el Dr. Ellauri rechazó el apoyo del partido Na–
cional que se le ofrecia generosamente á derrocar, á su vez, al
motín militar y entregarle la Presidencia.
A este ofrecimiento, aquel gobernante dijo que prefería su
situacion antes de permitir se entronizaran sus enemigos.
El sucesor del Dr. Ellauri fu é D. Pedro Varela, gobierno
funestísimo por las arbitrariedades que cometiera y el desórden
administrativo que reinó durante él, Q.ando lugar con su con–
ducta á que se levantase el pueblo en armas á mediado del año
75, fracasando la revolucion por falta de tino en su direccion.
A Varela lo sucedió el Coronel Latorre, primero como Dic–
tador y despues como Presidente, y
á
este sucedióle Vida!, y
á
este Santos, y
á
Santos Vida!, y
á
Vidal Tajes.