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Cási todos estos gobiernos han sido un azote para la Repú–
blica. El mejor pued e considerarse el peor.
En ellos han colaborado colorados y blancos, predominando
en absoluto los primeros, y blancos y colorados, estos últimos
~n
una minoria muy pequeña, les han hecho una oposicion sin
cuartel; habiéndose formado entonces el nuevo partido consti–
tucionalista, que desgraciadamente en los hechos no ha cum–
plido las b ellas promesas de su prog rama, pues que pretendió
establecer al g o así como una agrupacion de familia, obede–
ciendo sin discutir las inspiraciones no siempre felices de un
ciudadano que se impuso y quiso manejarlo
á
su antojo.
Varias revoluciones, por último, se han producido en este
período, fracasando todas, hast a la p opularísima del G eneral
Arredondo, que pereció en los memorables campos del Que–
bracho .
Durante estos gobiernos, ha habido deportaciones de ciu-
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dadanos, asesinatos y desapariciones mist eriosas, crímenes
horribles; s e ha dilapidado la fortuna publica y privada; s e
han hecho los n eg ocios mas escandalosos; y el militarismo, esa
gangrena de las Repúblicas, ha implantado s us r eales quien
sabe hasta cuando! (1)
(1) P ermítasenos hacer una aclaracion que nos es personal.
Nosotros, por nuestra desgracia, tomamos parte en uno de estos
gobierno~.
Cansados de revoluciones, desanimados por sus fracasos, pretendimos evolucionar,
creyendo
ooncienzudamente que llegaríamos
~on
mas facilidad á nuestro objeto por este medio.
D e acuerdo con el General Aparicio, único jefe entonces de nuestro partido,
y
propueotos
por él en uso del derecho que le daba el renovamiento del pacto de Abrí!, fuimos á ocupar
una banca en la Represcntacion Nacional.
Allí
cometimos
toda clase de errores, lo confesaremos ingenuamente, como error,
y
grande
aometimos en aceptar ese puesto; pero tamhien tuvin¡os la bastante fuerza de voluntad para
no contaminarnos, saliendo puros en nuestra reputacion como hombres de entre tanta dc–
cradacioo, y concluyendo por tener que emigrar e.pulsados de la Cámara por no transigir con
laa infamia$
y
porque se nos quiso secuestrar en plena calle para enviarnos
al
óº
de Cazado–
res, de funesta memoria.
El documento que transcribimos en seguida
y
nuestra conducta posterior es nuestra mejor
Yiodicacion, y sino se creyera así,
qtee se 11os
ar1~oje
la pr111ura p1l dra:
"' Montevideo, Enero 19 de 1885.
Cumplo con el deber de comunicar á Vd. que la H . Cámara de Representantes en sesioo
de esta fecha, ha resuelto declararlo separado de su seno por el hecho de haberse asilado en
una Legacion Estrangera; no haberle dado cuenta de lll$ causas que motivaron el asilo
y
haberse ausentado del pais sin la correspondiente licencia.
>
Saluda
á
Vd. con su mas distinguida consideracion, etc.
Al Dijmladtl por Canelones, D. A/Jdon A ,-óz/eifU;)'.
>
»
:José Lm's ll-fúagHa,
Secretario redactor.