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remos uoa igualdad que acerque á estos, que conserve los derechos de la
naturaleza, que sea amig? del órden y que respete las conveniencias sociales·
Con una igualdad tal tendremos existencia política, estabilidad y dicha.
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Que la
Fraternidad
que reina entre los Orientales desde el día mismo
que se firmó el convenio de paz, oo se altere jamás, que seamos sinceros éo
todos nuestros actos politicos y nos miremos coa cariño
y
amor de herma·
nos. Desterremos los ódios y la envidia, seamos hermanos, tolerantes y
generosos; porque como sabeis señores, cuando la tolerancia poEtica es razo–
nable, maolieoe la justicia y dá la paz al mundo.
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Con · la tolerancia seil.ores, veremos reinar Ja concordia y la fraternidad
entre nosotros, multiplicarse las amistades particuiares y efectuare coostaote–
meote la intimidad de todas las voluntades ea bien de la patria.
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Porque sía
tolerancia,
no hay sociabilidad, union, ni confianza entre los
hombres.
• Que la guerra fratricida que ha tocado su fin, nos
~¡
rva de gran leccion,
que no volvamos señores á ver derramandose á torren tes la sangre de nues•
tros hermanos, que ha desolado los bellos campos de nuestro hermoso pais.
>
Ya hemos visto que las
balas
y las
bayonetas
no nos han engendrado
ni inspirado sentimientos nobles ni ideas halagüeñas de
placida amistad,
de
fratern idad,
ni de
ltmnanidad;
trabajemos, pues por tocar los corazones, por
dominar las pasiones, á fin de reunir en un centro comun, á todos los hom–
bres hasta ayer divididos por dos colores distintos.
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Termino aquí, señores, con las santas palabras de
San Juan EvangeHsta,
cuando en sus últimos dias no hallaba mas grandioso que predicar á sus dis–
cípulos, que el divino precepto de
hijos mz'os, amaos los unos
á
los otros.
•
>
En seguida el jóven Figueroa leyó una hermosa composicion ea verso
alusiva á la paz.
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D. Antonio Vazquez dió igualmente lectura de una sentida composicioo
del ilustrado Sr. D. Francisco X. de Acha, y cuya publicacion hicimos en el
Ferro-Carril
del martes 3o.
• Los Dres. D. Juan A. Vazque?, D. Lindoro Forteza, D. Cristóbal A.
Salvañach y D. N. Garcia pronunciaron brillantes discursos que les merecie–
ron estrepitosos aplausos .
• Los Sres. D. Antonio Vazquez, D . Juan
J.
Segundo, D. Calisto D. Ol–
medo, D. Luis Antuil.a, D. Tomás Fernandez, D Guillermo Hoffmann, y
otros cuyos nombres no recordamos, pronunciaron tambien bri llantes discursos
que fueron muy aplaudidos.
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En todo ese acto reinó la mejor armonía, órdeo
y
eotusia mo.
• En la noche las calle del pueblo se encontraban cuajadas de gente, tanto
de la villa, como de la capita l.
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Con motivo de haberse descompuesto la noche, la comision tuvo que an–
tici¡:.ar la hora para prenderse los fuegos artificiales, que por e a razon tambien
no lucieron todo lo que era de esperarse del hábil r. Moltedo; sin embargo,
estuvieron magníficos y satisfacieron las exigencias de todo el pueblo.
• Terminados estos, Ja Comision, gran parte del pueblo y la banda de mú-