Table of Contents Table of Contents
Previous Page  733 / 840 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 733 / 840 Next Page
Page Background

399

-

Y pueden los pastores tranquilos sus majadas

En el florido valle de nuevo apacentar.

Ya el hierro del arado de nuevo desmenuza,

La tierra endurecida, sin fruto ni labor,

Y visten los obreros con su modesta blusa

Rasgando del soldado el traje con horror .

R esuena del trabajo el ruido por do quiera,

Las fuentes del :omercio se reabren otra vez

Y el sol de la esperanza siguiendo su carrera

A su cénit se encumbra con doble esplendidez.

Amigos de

la infancia, mis nobles compañeros,

Ya brilla sobre el cielo la aurora de la paz;

Venid,

y

vuestros écos, de dicha mensajeros,

Levanten entusiastas con himno de solaz.

Montevideo Abril 19 de 1872.

• De ahi se dirijieron

á

casa del Sr. Presidente

de la República con

la

banda del Urbano, donde repitieron el Himno

y

la recitacion de la poesia, no

obstante halla1se ausente en aquellos momentos S. E .

" Siguieron hasta tomar la calle Solis,

y

de allí

á

la de Colon, hasta venir

á

encontrar la de Sarandí por la cual siguieron hasta la plaza Constitucion.

• Allí entraron al Departamento de Policía

con

la

idea de manifestar

al delegado del Poder E jecutivo que en defedo de no haberse hallado a

1

Sr. Presídente en su domícilio para presentarle sus respetos, se dignase ad–

mitir

y

trasmitirle la espresion de los sentimientos de la niñez

y

la humilde

ofrenda que deseaban presentarle.

• Entonces el alumno Juan J osé Diaz, de la misma escuela, pronunció con

emocion

y

desenvoltura el siguiente discurso:

e Excmo. Señor:

La niñez que se forma en las bancas de las Escuelas Públicas se asocia

de corazon al regocijo público con que

el

Pueblo Oriental celebra entusiasmado

el restablecimientu de la paz

y

la reconciliacion de sus hijos .

• Exenta de pasiones en

la aurora de su vida,

y

cediendo á los impulsos

del amor

á

la patria, ella viene en los transportes de su alegria

á

mezclar sus

himnos,

á

unir sus votos

á

los de un pueblo entero por la fraternidad de los

Orientales,

festejando la era de paz que se

inaugura por la felicidad de la

República.

• Diós, señor, que lée en el fondo de nuestros corazones, sabe cuan since.

ros

y

fervientes son nue¡¡tros votos

y

con que positivo contento nos asociamos

á las públicas demostraciones de regocijo con que se solemniza el fausto acon–

tecimiento

~que

se celebra.

•. Cúpole

á

V. E. la envidiable gloria de dar cima

á

la santa obra de paz