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..:.. 398.

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El estandarte era conducido entre dos banderas.

>

Vários niños cantaron allí perfectamente dos

estrofas del Himno

!f

acio·

nal, la primera y la última,

y

todos el coro, tocándolo la banda de música

del "Ur bano", que el J efe Politico había

tenido la galanteria de ponerla á

disposicion del Sr. De Maria para este objeto, así como para el ensayo de

los

niño~.

>

Concluido el Himno,

vivaron los

niñ os á

la Patria, . á la Paz de la

R epública, al Gobierno, á la Fraternidad de los Orientales y al Sr. J efe Polí–

tico del Departamento.

>

Un pueblo

inmenso

rodeaba á la falange

juvenil y unia sus víctores á

ella.

• En seguida, el

niño Alfredo Clavelli, alumno de Ja escuela núm. 23

denominada

Larrañaga,

recitó con voz llena y sonora y magnífica espresion,

la siguiente composicion poética alusiva

á

la Paz, hecha por D. Alcides De

Maria, de la cual se arrojaron algunos ejemplares impresos:

A LA PAZ

Poesia recitada por el niño Alfredo Clavelli, alitmno de la E scuela Mim i·

cipal niimero 23 denomt'tiada "L arrañag a" en las .fiestas popitlares

de

Abril de 1872.

Ami gos de la infancia, mis nobles compañeros,

Ya brílla sobre el cielo la aurora de la paz,;

Venid, y nuestros écos, de dicha mensajeros,

L evanten entusiastas un himno de solaz.

N esotros que gozamos la vida en sus albores,

Un cántico ferviente alzemos al Creador,

Que al árbol de la Patria sin hojas

y

sin flores,

De nuevo vivifica con riego bienhechor.

Y a no hay quien reproduzca el grito dolorido

Del huérfano que llora en su dolor cruel,

Y a no hay quien

fi

Ja madre le arranque otro gemido,

Ni un rostro

á

~ quien

salpique la sangre de otro Abel.

La paz que del progreso señala los caminos,

Calmó de las pasiones el rudo vendaba!,

Y al cabo, de la patria cambiando los destinos,

Sus hijos los estrecha con lazo fraternal.

Ya el ruido

del

combate no atruena los lugares,

Que fueron paraisos de dicha y de quietud,

Y vuelven los guerreros á los paternos lares

Donde felices vieron corren

u juventud.

En el desierto campo la choza abandonada

Reanima nuevamente el fuego del hogar,