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con arreglo
á
sus leyes por medio de elecciones generales;
pero con ello no
introdujo novedad alguna; aceptó pura y simplemen te la nota de 24 dé No–
viembre reproduciendo sus mismas palabras.
>
Estas palabras deben entenderse con arreglo á aquella nota; pero aun
aislándolas, no pueden servir á los
fines para que se
invocan
tan reiterada
como solemnemente.
>
Desde que la Revolucion se sometió
á
que el país
fu era consultado
con
arreglo
á
sits leyes
y desde que dentro de la Consticucion, que es la primera
de las leyes, lo que se entiende por
elecciones generales
es Ja renovacion total
de la Cámara de Diputados -y de
UD
tercio del Senado, la pretension que
ahora deduce
la Revolucion es notoriamente
insostenible, puesto que para
satisfacerla tendria que salirse de la Constitucion.
>
La base fundamental de esta negociacion, es el acatamiento de la autori–
dad constituida; y de esa base no podemos ni convendría que pudiéramos
separarnos.
• Fuera d<'
aquí pueden profesarse opiniones adversas
á
la legalidad de la
actual situacion de mi pais; pero esas opiniones, que no he permitido
traer
á esta conferencia por ser contrarias á
la base en que asienta la negociacion,
tampoco pueden conciliarse
dentro de la esfera oficial,
con las conveniencias
del pais.
>
Las conveniencias del país, basta para imponernos el respeto de la situa–
cion; porque si no admitimos y respetamos lo que ha existido con el asenti–
miento real del país, si desconocemos, alegando vicios de origen, la legalidad
de siete años de vida legislativa, administrativa y judicial, abriríamos abismos
aun mas profundos, aun mas insondables que el que nos proponemos cerrar.
• Por este motivo, el patriotismo nos impondría el respeto de lo que existe,
aun en el caso de que ese respeto no fuera como lo es, una obligacion libre,
formal y muy esplícitamente aceptada por
todos
los que han aceptado esta
negociacion.
>
La Revolucion ha aceptado
esa obligacion, y de ella no puede apartarse
sin flagrante violacion de su compromiso.
>
Dentro de las
condiciones aceptadas para esta negociacion, la pretension
que sostiene Ja Revolucion no puede siquiera tomarse en consideracíon.
, Pero si de esta sola pretension dependiera el bien supremo de la
paz,
me permito creer que Ja solucion que no podemos buscar aqui tal vez la en–
contrariamos, aun sin buscarla, en
la razon y
el
patrio tismo de los orientales
que hoy ocupan, las altas posiciones e ficiales de nuestro país.
, De pues de algunas otras observacione , el Sr. Ministro mediador dijo:
que en
el
concepto de que la grave cuestion de que se babia debatido podria
someterse oportunamente
á
la decision y patriotismo de los buenos ciudada–
danos orientales que podrían
resolverla de hecho par actos personales, inspi:
rados por las altas
conveniencias de su país, propone que, aplazándola por
ahora al menos, se procediera á examinar si no existían otras dificultades.
• Procediéndose á este exámen, fué imposible llegar á un acuerdo sobre el
articulo 6º. Respeto á este artículo el
r. Ministro mediador manifestó que creia