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oportuno
á
los 'poderes competentes,
no les damos nada; reconocemos lo
que no podemos dejar de reconocerle
-el
derecho de peticion.
>
Vencidas, y ya definitivamente para esta negociacion, las tres pretensione i;
de mayor importancia política que ha sostenido la revolucion, y en la creen·
cia, muy sincera por mi parte, de que daremos seriamente las garautias que
hemos ofrecido para las personas, las propiedades y el libre ejercicio del dere –
cho electoral, todo lo que queda no puede autorizar la continuacion de la
guerra, ni la confusion y el caos con que vendria á agravar la situacion de nues·
tro desventurado pais, la acefalia del r
0
de Marzo.
, L as cuestiones políticas interesadas en esta negociacion, estan resueltas.
>
L :is qu€' quedan son cuestiones de personas y de dinero; todo secunda.
rio, todo mezquino; ¿se podría justificar la tirantez que por tales cuestiones,
nos diera la continuacion de la guerra civil y de las depredaciones y de las in–
m'oralidades que ella produce?
• ¿Por qué se rehusariao hoy las concesiones que se hadan antes y despues
de
11fanantiales,
las que se consignaron en las instrucciones públicas y priva
das que llevó al campo de Muniz la última comision pacificadora?
>
¿Porqué las circunstancias han cambiado?
>
P ermitame V . E . decir, que por mas que me esfuerzo no veo el cambio.
, La revolucion es impotente ahora, como lo era antes, ante una pequeña
fuerza de infantería bien organizada y bien mandada; pero las correrías de la
montonera existen, pero existe y crecen Ja ruina
y
las inmoralidades de la
guerra-pero caémos en la acefalía <;le los poderes públicos, y, fiando nuestro
destino al triunfo de las armas, nos alejamos, cada vez mas, de la verdadera
paz, que solo es posible trasladando la lucha de los partidos al terreno legal,
como el Gobierno pretendia hacerlo por las bases que ha dado á la pacificacion
de que hoy nos ocupamos todavia, en la nota de
24
de Noviembre último.
>
Me aflije mas profundamente la eventualidad del malogro de las actuales
negociaciones, porque en ellas interviene como mediador el Gobierno Argen–
tino.
>
La mediacion argentina era un medio heróico pero eficaz; y su eficacia
quedará probada por la aceptacion de las condiciones de la nota de
24
de
Noviembre y por el protocolo del
22
del corriente.
>
Pero sino cumplimos escrupulosamente los compromisos que en aquella
nota contraimos, la mediacion, lejos de mejorar, empeorará nuestra situacion.
>
No podemos tampoco esponernos á malograr las negociaciones, por una
cuestion de etiqueta.
Pero esta misma cuestion desaparece ante el término medio propuesto
por el Dr. T ejedor y que comuniqué en mi nota de ayer.
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Veámos aquí, dice el Dr. Tejedor, si la paz es posible; y si resulta
posible, iré, con todos los negociadores, á firmarla en Montevideo, eu. la casa
del Gobierno Oriental.
e No veo, Sr. Ministro, qué objecion puede hacerse fundadamente á esta
propuesta, y no alcanzo cómo podríamos por tal cuestion, sacrificar la media·