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17$ -

• 1

Haga Vd. el uso que quiera de esta carta

y

ordene á su compatriota

y

amigo.

''

José Mendoza.

Montevideo,

oviembre 30 de

I

870. "

COMBATE DE LA UNION

Este mismo dia, como ya lo hemos manifestado, deseando el

gobierno tomar una revancha d(los revolucionarios y sabiendo

por los prisioneros del Cerro y por las espias que tenia entre

el mismo ejército revolucionario que la mayor parte de los si–

tiadores, sin darse cuenta de que pudieran ser sorprendidos y

por la novedad de la toma de la forlaleza, abandonaban sus

filas para ir á curiosear al Cerro, no quedando casi nadie en la

Union; hizo una salida de Montevideo con todas sus tropas,

apareciéndose cuando menos se lo esperaba, á eso de las 12

del dia, en tranvias, á pié, en carros, á caballo, y sorprendiendo

las avanzadas de Aparicio matando á unos y tomando prisio–

neros á otros, y en un instante estuvieron en la Union y sus

adyacencias haciendo un fuego nutrido de infanteria y artille–

ria contra los nacionalistas .

Aquello fué horrible, y si no hubiera sido por el heroismo,

sí, heroismo de los pocos revolucionarios que habian quedado

en la Union, unoJ sin jefes y otros jefes sin gente, allí termina

todo, se concluye de un solo golpe la revolucion, precisamente

cuando se encontraba mas orgullosa de sus triunfos.

Describir lo que fué este combate es casi imposible; pues allí

no hubo órden de p elea, cada cual se batia como podía, unos en

las calles y otros posesionados de algunos edificios, estos daban

cargas á la bayoneta y aquellos cargaban con caballeria, pero

todo en confu ion, en un desórden espantoso.

Ese dia si se hubiese podido apreciar la completa derrota de

las fuerzas sitiada , hubiera triunfado absolutamente la revolu–

cion; pero así como fué

i~previsto

el ataque fué tambien im–

prevista la derrota.

o había por otra parte, bastante organiza–

cion en esos momentos entre las fuerzas revolucionarias para

poder aprovechar todas las ventajas que les daba una situacion

inesperada, casi inesplicable para ellos mismos.

Hagamos un esfuerzo, sin embargo, y véamos si podemos des–

cribir este heróico combate, aproximándonos todo lo que sea

posible á la verdad.