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de costumbre; pero al anochecer es sorprendido en el canton
Sorchantes y sus adyacencias, el batalloncito que mandaba e1
Coronel Basañez, compuesto todo de juventud de Montevideo,
y que era el primer dia que hacia servicio de avanzadas y que
recibia su bautismo de fuego.
Fué sorprendido
y
derrotado completamente, huyendo la re–
serva de caballeria que estaba de proteccion sin tirar un solo
tiro.
Con la imprudencia propia de Guardias Nacionales, y mas
que todo de jóvenes inespertos, mantuvieron todo el dia unas
guerrillas desordenadas, poniéndose en trasparencia ante la vis–
t a del enemigo como reclutas. A las oraciones, confiando que
las avanzadas del gobierno se retirarian á sus reservas, como
acostumbraban á hacerlo desde el primer dia del sitio, se des–
cuidaron completamente, acostándose á dormir unos y abando–
nando los otros casi en absoluto la vigilancia sobre Montevideo.
El enemigo que supo esto por algunas personas que se deja–
ron p enetrar á la ciudad imprudentemente, aprovechó en el
acto tan buena coyuntura y resolvió traer el ataque á que
hace referencia el parte que copiamos mas abajo pasado por el
jefe del punto.
Producido el ataque ó mas bien dicho la sorpresa en el can–
ton Sorchantes y en las dos avanzadas paralelas, la muchacha–
da no se asustó sin embargo, demostrándose allí lo que fueron
mas adelante: unos valientes. Pretendieron resistir y pelear
pero no era posible: estaban completamente desorganizados, y
el contrario era triple en número y perfectamente bien di cipli–
nado: por otra par te como ya hemos dicho, la caballeria que
tenian de proteccion á cuatro ó cinco cuadras de distancia
huyó cobardemente en lo primeros momentos sin tirar iquie–
r a un solo tiro. La derrota, pues, no se hizo e perar produ–
ciéndose completa, t eniendo la gran suerte sin embargo de que
el enemigo, ya fuera por que no se animase á avanzar por temor
á las fuerzas de la Un ion, ya fu era porque la hora no era pro–
pia para una p ersecucion, no los persiguió mas que dos ó tres
cuadras, haciéndoles muy pocas bajas por esta circunstancia.
Allí fué asesinado bárbaramente el jóven Liñan que estaba
de centinela cuando
la sorpr esa,
y
dos ó tres compañeros
mas; y fueron lanzeados varios peones de un horno por las
fuerzas gubernistas por el puro placer de ver derramar san-