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paí'lia de Voluntarios Departamentales, del Cuerpo de Serenos, del cuerpo <le
Jefes y Oficiales del E .
M.
P. que custodiaban el Fuerte, y de un escuadron
de caballería, prontos todos
á
acudir donde fuera necesario y se les ordenase•
" El señor Capi tan del P uerto ordenó la vigilancia marítima y terrestre del
rádio que le está encomendado, y la guarnicion de la Fortaleza de San José
fué reforzada con un
fuerte destacamento del batallon de Serenos,
todo ello
á las órdenes del Coronel D. Agustin Aldecoa, quien apesar de sus acha–
ques, en el primer momento de
iniciarse el fuego se preparaba para marclw.r
á
la linea, confiando el mando de aquel puesto al Mayor Trias.
" La vigilancia de
la
nueva ciudad quedó encomendada al Comandante don
Trifon Estevan, disponiendo para aquel
servicio de una compañia del bata–
tallon
I
º
de Guardias Nacionales,
" El entusiasmo de la poblacion, Sr. Ministro, ha sido
indefinible; el es–
píritu público de ella se ha espresado de una manera
tan
elocuente, que si
algun conato ó tendencia de enemiga
reaccion existiese en su seno,
habria
acabado de estinguirse ante la manifestacion espontánea con que nacionales
y
estrangeros respondieron á
Ja
primera voz de alarma.
" Séame permitido apro?echar esta oportunidad para agradecer á esos ciu–
dadano;;, en nombre
del pais y de la causa, su espontáneo concurso, y al
mismo tiempo para protestarle á V. E. que la seguridad de
la plaza, que
me ha sido confiada, está garantida por la decision de todos y cada uno de
los encargados de sostenerla.
" Dios guarde
á
V. E. muchos años.
J osé Cándido Bitstamante."
Dias 6,
7,
8
y
9.- En
estos dias se fusilan los primeros hom–
bres en el ejército r evolucionario por crímenes comunes, se–
gun detalladamente damos cuenta del hecho en el capítulo titu–
lado <Fragmentos>; contestan los italianos
á
la proclama pasada
por el General Aparicio; se desmient e por los mismos interesa–
dos las calumnias propaladas por los diarios d el Gobierno, de
que dan cuenta dichos desmentidos
y
preséntanse
á
la revolu–
cion, como ha sucedido desde el primer dia del sitio y sucede
hasta el último, infinidad de voluntarios
y
pasados del Gobier–
no, continuando tambi en como siempr e las guerrillas.
Hé aqui esos documentos:
Montevideo, N oviembre 8 de 1870.
"
Una parte de la Emigracion italiana al General en Jefe del Eférdto
Nacional, D. T imoteo Aparicio,
'' Señor General:
'' Penetrados de los sentimientos de patriotismo con
los cuales nos dirijis
la palabra, no debemos dejar
de contestaros con las espresiones· de nuestro