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tado en general los valientes revolucionarios y la causa justísi–
ma que defendían.
Fueron tambien muy visitados por las fuerzas estrangeras
de estacion naval en el puerto de Montevideo, y muy particu–
larmente de los españoles, que simpatizaban grandemente con
la causa d ela revolucion.
En este sitio fué que se tomó la inespugnable fortaleza del
Cerro, trayendo como corolario por una imprevision, disculpa–
ble hasta cierto punto, de la mayor parte de los jefes, el com–
bate sangriento del
29
de Noviembre en la Union.
Despues de estos célebres hechos, el gobierno quedó comple–
tamente abatido y se hubiera entregado sino fuera por las espe–
ranzas fundadas en el ejército del General Suarez, la
bete noir
de los revolucionarios, que los alentaba constantemente. Por
eso era que los diarios situacionistas de aquella época hablaban
entonces de un posible arreglo, en contra de lo que habían sos–
tenido anteriormente; no ocultando su desali ento y haciéndole
severos cargos al gobierno por su ineptitud para vencer á la
revolucion; cambiando nuevamente su modo de pensar cuando
tuvieron la seguridad de que existía el ejército de Suarez, del
cual dudaban todos. El ataque á la plaza, por ejemplo, de lo
que ya se trataba formalmente por el ejército revolucionario,
hubiera quizá puesto término á la campaña del 70.
Pero estaba escrito que había de suceder todo lo contrario,
que habría que levantar el sitio cuando se creía mas sólida la
situacion de la revolucion, y que ésta, en vez de avanzar en sus
continuados triunfos, como babia pasado hasta entonces, iria de
mal en peor, sufriendo derrotas tras derrotas. Y así sucedió
en efecto, como se verá en el r elato de los hechos posteriores
á dicho sitio.
He aquí ahora, lo mas ·exacta posible, la relacion diaria de
los acontecimientos sucedidos dur'ante este asedio, desde que
se aproximaron las fuerzas revolucionarias
á
la capital hasta el
momento que tuvieron que retirarse.
24
de Octubre de I870-El
gobierno recibe comunicaciones
que el ejército revolucionario se aproxima
á
la capital. En se–
guida espide un decreto nombrando al Coronel de Guardias
Nacionales D. José Cándido Bustamante, encargado de la Poli–
cia y Comandante Militar de la ciudad, quedando bajo sus
órdenes todas las fuerzas que sean necesarias para su defensa.
Dia
25-Sigue avanzando el ejército revolucionario. El señor