REVOL
lÓ
DE INGLATERRA .
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no con la di olución del Parlameutú. De pué de largo
debate
y
detenido examen de los antecedente , ha–
blan resuelto que el
impeachment
quedaba en pie. Pero
ahora fué revocada aquella resolución, y aunque
al–
guno noble
wliigs
protestaron contra ste paso, no
consiguieron nada. Los miembros de la
ámara po –
pular aceptaron silenciosamente la de i ión de la Cá–
mara alta. Danby se sentó nuevamente entre los Pa–
res,
y
llegó
á
ser miembro activo
y
poderoso del par ·
tido
tory
(1).
La cuestión con titucioual, a erca de la que eu el
brev
spacio do seis años prouun iarou los lores dos
decision s diametralmente opuesta , durmió durante
más de un iglo, hasta que al fin la hizo renacer la
disolución del Parlamento durant
el larg·o proceso
de Warren Ha ting . Fu6 necesario entonces deter–
minar si la regla e tablecida en 1679 ó la contraria
adoptada n 1685 había d quedar como ley del país.
Debatióse la cuestión largamente en ambas
áma–
ras, y las minencia del· foro
y
del Parlamento,
n
una época que contó tanta
y
tan notables, mplea–
ron las fuerzas de u inteligencia en dilucidar la
cuestión . Lo abogados uo
taban desigualmente di–
vidido . Thurlow, I engon,
'cott y Ersl in sostenian
que la di olución terminaba los efectos d 1
iinpeaclt
·
'fltent.
La doctrina contraria era sustentada por Mans–
field,
amden, Lougbboroug h
y
Grant. Pero ntr
aquellos hombres de Estado, que fundaban u argu–
mentos no en precedente
y
técnica analogías, sino
en hondo y arraigados principios con titucionales,
no habia gran diferencia de opinión. Pitt
y
Grenvi–
ville, del mismo modo que Burke y Fox, sostenian
que el
impeaclmient
quedaba pendiente. Ambas Cáma-
(1)
Lorás' Jotfrnals,
marzo
18,
i!J,
IG'79,
mayo
22,
1685.
'l'OMO 11,
21