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APÉNDICE.
siones de este Tribunal se transcriben fielmente en
pergamino y se depositan en los archivos públicos,
sirviendo como precedente y estableciendo jurispru–
dencia en todas las cuestiones que tratan.
Oownt1·y gentlemen,
pág.
236.-Esquires,
pág. 264.-La
frecuente mención que en toda la obra, por su índole
especial, hace el autor de títulos y dignidades que no
siempre tienen equivalencia exacta en nuestra len–
gua, y que radicalmente difieren en cuanto á lama–
nera de obtenerlas, nos obliga á tratar con alguna
exte~sión
de la condición de las personas en Ingla–
terra, evitando de este modo el interrumpir cons–
tantemente al lector con repetidas notas, que con–
cluirían, á causa de su excesiva frecuencia, por abu–
rrir más bien que ilustrar, no obstante el buen deseo
que las dictase.
En Inglaterra no hay, propiamente hablando, no–
bleza. La
nobilíty
no constituye una clase, sino una
dignidad. Independientemente del puesto que todo
Par inglés tiene derecho á ocupar en la Alta Cámara,
la calida-d de Lord le concede derecho de ser juzgado
por esta Cámara en los casos de traición ó felonia
(1).
Así resulta de aquel principio de la
Magna Oa1·ta
que
establece (2) que todo inglés acusado de traición ó
fe–
lonía debe ser juzgado por un tribunal cuyos miem–
bros sean_sus iguales; y como las mujeres siguen
siempre la condición del marido, las damas nobles,
6
ladíes,
tienen derecho al mismo beneficio. Los Pares
escoceses gozan de los mismos privilegios, formen
6-
no parte de la Cámara Alta, y lo mismo sucede con
los Lores de Irlanda, á no ser que representen algún
· distrito electoral en la Cámara de los Comunes, en
(1) Grabb, 35'7.
(2) Capítulo
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