APÉNDICE.
rritorial y en la superioridad que da siempre una
educación esmerada. Los grandes propietarios, que
viven casi siempre de sus rentas, sin atender por sí
mismos al cultivo del campo, los sabios, los juriscon - ·
sultos, los comerciantes, los oficiales y los eclesiás–
ticos componen la
gent1·y,
entre la cual se recluta la
nobleza. «El título de
genaeman,
dice Th. Smith (1),
se adquiere con gran facilidad en Inglaterra. Todo el
que ha estudiado las leyes del reino, asiste á la Uni–
versidad. ó se dedica al cultivo de las ciencias, de las
letras
y
de las artes, ó ejerce una profesión liberal;
todo el que no vive del trabajo de sus manos, sino
que tiene el porte que conviene á un
gentlema1t
y
atiende al cumplimiento de los deberes que supo–
sición social le impone, recibe el tratamiento de
mas–
te1-,
y es considerado como
gentleman.»
o de otro
modo se entendía ya á principios del siglo
XVJI.
«Es muy difícil, dice Seld<m (2), definir lo que en ri–
gor constituye el
gentleman.»
La diferencia entre el
!Jentleman
y el que no puede reclamar tal califica–
·Ción, es, pues. social
y
politica, así como económica
por su naturaleza. La expresión
lte is not gentlema1t,
no
es caballero, envuelve toda una excomunión social,
y
así hay un proverbio inglés que dice: «El Rey pue–
de hacer nobles, pero no caballeros.»
Descendiendo por orden de rangos, se encuentran
entre la
gentry
distintas jerarquías. Figuran en primer
término los caballeros de la Jarretiera; luégo los sim··
ples caballeros; que, como entre nosotros, después de
recibir la orden de caballería en el campo de batalla,
formaban entre los
gentleman.
Esto ha caído en desuso
desde mediados del siglo pasado,
á
causa de no hacer
(i)
Anglire descriptio.
lib.
1,
cap. xx.
(2)
Table talk,
60.