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recer definitivamente el significado de muchos tér–
minos quechuas consignados en la teogonía o mi–
tología de los incas.
Las distancias no son cortas en Puno. Sobre
todo, en las regiones de mayor altura, en los pa–
rajes de
puna,
las lejanías, además de prolongadas,
son muy solitarias. El
papel-apa
tiene, pues, que
atravezar cuestas casi inaccesibles, en que la fu–
ria del viento le fustiga el rostro y hace silbar los
flecos de su espeso poncho de lana, y valles pro–
fundos y silenciosos donde, en pleno día, su espíri–
tu supersticioso le hace distinguir espectros y ma–
las visiones.
Unas veces impresiona las retinas Q.el
papel-apa
una bandada de vicuñas que gráciles y esbeltas se
pierden ágiles al tramontar una cumbre o matizan
el blanco de la nieve con el color canelado de su la–
na.
Otras veces es con un zorro fugitivo que se en–
cuentra a quien, sin atreverse a llamarle por su
nombre ordinario,
átoj,
le nombra por su apelativo
sagrado,
lari,
corrupción de
llari,
nombre primitivo
con que figura, según nos parece descubrirlo, en una
de las constelaciones del cielo austral, que era para
los primitivos peruanos lo que el monte Olimpo pa–
ra los griegos, la sede de sus dioses.
En " DESCRIPCION DE LA TIERRA DEL RE–
p
ARTilVIIE ITO DE
LOS R U CA AS ANTA–
ii1ARCAS DE LA CORO A REAL, JNRISDICCION
DE LA CIUDAD DE GUAMANGA. Año de 1586, conte–
nidoen RELACIONES GEOGRAFICAS DE INDIAS
I.pp.204-205, Madrid 18 1, (dato tomado de Coricancha
deLehmann) se halla la presente
cláusula o
período:
'' Por mandato de los Ingas adoraban al sol
y
a la luna
y