nada menos que 31 •capítu•los, en par-te trarlucidos por el mismo Francis–
co de Avila al español, ya que la versión primitiva está escrita en quichua.
Los contados ca¡pítuilos de esta traducción , cuyas relaciones con
el
texto
originaq ilustraremos más adedante, se han publicado entretanto (rgr8)
también en e..pañol (véase más abajo), pero •la mayor parte de los infor–
mes aportados por testigos indios no han sido aprovechados todavía
para
eil
-conocimiento del mundo antiguo •peruano. E l concepto que hasta
ahora tenemos del Perú antiguo creemos que ha de experimenta.r in te–
resan tes modifi.caciones por •la inminente publicación del texto or-iginal.
que 1de todos modos ha de constituir un enriquecimiento esencia1l de nues–
tros conocimi entos a,ctua:les.
II
El méri to de haber fijado de nuevo la atención en el manuscri to origi–
nal quichua de Francisco de Avila, corresponde a mi colaborador Wilhelm
Petersen, con quien he emprendido •la traducción de esta fu ente ímpres–
cíndíbl e, tanto tíern¡po olvidada, ayudado '])Or varios alumnos de la "Cá–
teclt·a de Arqueología Precololi1bína y Etnografía de América" en la
Universidad de Madrid.
El correspondiente tomo de manuscritos de la Biblioteca Nacional
de Madrid, en el que, además de otros documentos, se encuentra el texto
quichua junto a la traducción ¡parcial de Avila, lleva actualmente la síg–
Jlatura 3169; su tamaño es ele 155 X 216 mm. Los 31 capítnlos ele la
versión inxlía ocu¡pru1 •los folios 64r a 107v,
y
•la traducción española, que
termina bruscamente con
~1
cap. 7; los fo.l ios TTSr a r2gr. Parece injus–
tificada, por tanto, la opinión ele Markham, quien elijo (vid. Winsor, ),
· página 264) que quedaban por traducir 31 capítulos escritos en quichua,
ya que el .manuscrito español por él traducido al inglés, haci endo accesi–
ble su contenido, forma pante de la obra total, quedando desconocidos.
sin embargo, nada m enos que 23 <:a.pítulos (véase abajo).
No obstante, Markbam ha acertado, sin saberlo, con su opinión .
puesto que
la
versión española tampoco reAeja fielmente los correspon–
dientes capítulos del ·manuscrito ori'gin'al. Según probaremos más ade–
lante, el t-exto
e~pañol
no representa una traducción en el sentido propio
ele la palabra , sino una reproducción libre del contenido, inoluyendo
arn
1
p.lios comentarios pro¡píos <le1 autor.' Ell mismo Avila ex,presa su in–
tención en el título de esta versión que aparece mutiilalclo en la edición
española ,de Romero (e
f.
'Pág.
xxv·
dcll artícu,Jo de
J.
Toribio Polo. allí