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ria e inconsecuente del p. Mossi sería entonces
chanah,
por–
que él adopta la pronunciación ele la letra hebrea
sin
con
punto a la derecha como si fu era eh francesa). No hay mn–
gún inconveniente en pronunciar de este modo, pero lo que
nunca ha sido adoptado ni por los mismos hebreos, ni pot·
otros que transcribieron el idioma el e ellos, es la pronunciación
que tiene hoy día la
eh
castellana. Abundan para esto prue–
bas, tanto en los escritos de los antiguos hebreos que vivían
en España antes ele la expulsión, como de los qu e hoy toda–
vía hablan el español y lo escriben en letras hebreas (los ju–
díos de Turquía y Marruecos).
Segu_ndo : suponiendo que el autor se refiere a
scma
o
scha-.
nct,
como se t ranscribe en la otra pronunciación) , el
pi -el
no
sería
chin,
sino
s·inna;
el
hiphyil
qu e él menciona con mala
ortografía
y
que sería según él
hichin,
no existe en este ver–
bo. El autor lo inventa probablemente para explicar cando–
rosamente la forma
escena
que la palabra original gri ega ha
tomado en castellano. Explicar de este modo la e española
delante del grupo s con otra consonante sería ya razón sufi–
ciente para desaprobar con cero a cualquier colegiano del pri–
mer grado, mucho más a una persona que se las echa de
lingüista.
Tercero: la raíz sánscrita
skicl
la confunde con la raíz he–
brea sin justificación y sin análogo ninguno; aunque admita–
mos la analogía entre
sk
y
s
o
sch
(lo qu e no es muy plausi–
ble), siempre falta explicar' la transformación del segundo
elemento de las dos raíces, la n y la dental. Porque tanto la.
n del hebreo como la
c1
o t del sánscrito son constantes en
ambas familias lingi.Usticas, mientras la n del latín
y
del grie–
go en palabras ele la misma procedencia es eufónica.
Ahora consideremos la derivación misma de la palabra es–
cena, que según el autor vendría del concepto
swna.
(o
chan
en ortografí a Mossiana ) e. d. ele
pw·U,·,
por ser la escena una
parte ele un drama. Nosotros sabemos, lo que parece haber ·
ignorado ese autor, que es una palabra griega, en original
skene
que significaba primero cama y toldo y taberna de ta–
blas, después recien el escenario ele los antiguos teatros don–
de intervenían también tabernas
y
toldos para los actores que
los usaban en los intervalos, al último tomó el signifi cado de
<'sce11a como hasta hoy día.
Si fuera cuestión de aceptar la etimología según el criterio