y dtro, igualm'énte grande, á la etnología y-á h,
historia, empeñadas en rastrear la procedencia do
las razas, su dispersión, sus emigraciones, su des..
arrollo y civilización
ó
barbarie.
Sien-to mucho que el excesivo trabajo, en ma·
teria que tánta prolijidad requiere, haya altera·
do la salud de usted, poniéndole en la penosa ne·
cesidad de interrumpir por algún tiempo sus la·
bores de americanista. Ojalá que pronto recobre
el vigor físico y mental, indispensables para tan
difícil trabajo.
No poseo un ejemplar de sus
Estudios etimo·
lógicos.
De mucho me serviría esta obra,
á
lo me·
nos para suministrar á usted algún contíngente
de observaciones relativas al quichua ecuatoriano,
en conexión con otras lenguas del Continente.
Ya comuniqué á usted que tenía en prensa,
desde
1895,
un diccionario quichua, compuesto por
mí. Las turbaciones políticas, que son el pan
nuestro de cada día en estas infortunadas repú–
blicas, han retardado, y quizá están á punto de
frustrar, la publicación de mi pobre libro. Expul–
sados del Ecuador los Padres Salesianos, que lo
imprimían, ha sido también expulsado mi manus–
crito,
y
sé que anda á peregrinar por Buenos Ai–
res, donde espero, con muy poca fe, que se haga
al
fin la edición. Si ella se realiza, tendrá usted,
naturalmente, el ejemplar respectivo.
Después de estos preliminares, paso á escribir
las observaciones de que le hablé al principio. Al
efecto, citaré, en un primer párrafo, la doctrina de
usted, y expondré, en uno ó más siguientes, lo
que yo discurra sobre el particular. Tal será el
orden que observe en cada caso, contrayéndome
sólo, según ya lo hab:r;á presumido usted, á los
pasajes de su libro que alguna relación tengan con