lar. Más tarde formó en las filas que com–
batían la tiranía de Melgarejo. Éste, ¡·ece–
loso de Corral, cuyo renombre crecía, para
alejarlo lo designó ministro plenipotencia–
rio en el Ecuador, cargo en el que estuvo
muy poco tiempo, pues no se resignaba a
servir en forma alguna a aquel tirano. Des–
de entonces se dedicó a conspirar, unas v·e–
ces desde fuera y la última viniéndose a
La Paz, como secretario de Morales, hasta
la caída de Melgarejo. Morales lo designó
ministro de Relaciones Exteriores, cargo en
el que continuó con Frías. Fué entonces que
se firmó el tratado Lindsay-Corral con Chi–
le (5 de diciembre de 1872). En 1873 fué
candidato a la presidencia de la República,
siendo derrotado por Adolfo Ballivián. En
1884 fué e1egido primer vicepresidente; en
1892, cancelario de la universidad de La
Paz.
CRESPO , LUIS S .
(1869 • 1935)
P eriodista e historiador de dotes excep–
cionales. A los 18 años de edad dirigió, en
Oruro, "La Nueva Era". Desde entonc·es,
su vida tuvo un objetivo: escribir, y lo hizo
en casi todos los diarios del país; pero no
ya sobre ideas dispersas, sino haciendo ca–
da vez más hondo el cauce de sus especia–
lidad·es: historia, geografía, estadística. Por
esto fué uno de los más importantes cola–
boradores de don Manuel Vicente Ballivián
en la Oficina Nacional de Estadística y
Propaganda Geográfica; dirigió varios cen–
sos de carácter local y nacional; presidió
instituciones respetables como la Soci·edad
Geográfica de La Paz y la Academia Na–
cional de Historia, y fué designado socio
correspondiente de numerosas entidades
culturales de América. Pero hay algo que
merece especial relieve. Posiblemente, la
mayor virtud de este escritor es la de ha–
ber hecho llegar al pueblo la verdad de
nuestra Historia. Con toda la autoridad que
le daba su gran erudición en la materia, hí–
zose asequible a la masa: sencillo y ameno,
sin haber renunciado a la severidad. Inició,
en el periodismo boliviano, la forma más
hábil de la divulgación: la pedagógica. Por–
que no otra cosa era su
Día Histórico:
una
dosificación inteligente, oportuna, metódi-
ca. Es que Crespo, como casi todos los in–
t-electuales, fué maestro, y aun después de
haber dejado las aulas siguió oficiando co–
mo educador, desde el libro y la prensa:
sus auténticas cátedras. Ha escrito mucho:
libros, folletos y artículos cortos. Sensible–
mente, con su prematura desaparición dejó
truncas algunas de sus obras. Entre sus pro–
ducciones más importantes, cabe citar:
M
o–
nografía de La Paz, La Revolución Federal,
His.toria de Bolivia
(en colaboración con
Manuel Ordóñez),
El General Pando, Las
mujeres del tiempo heroico, Los hombres
del tiempo heroico, Geografía de Boli·via,
Guía del viajero en Bolivia, Don ]osé Ra–
món de Loaiza, Colegios de propaganda fi–
de, Episodios históricos de Bolivia,
etc.
CHIRINO S, FERNANDO
U
no de los fundadores de La Paz. Co–
merciante muy activo; es inter·esante recor-
darle porque fué él, en compañía de otros
españoles, quien estableció la primera fá-
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